Las religiosas recibieron un amplio apoyo entre los católicos estadounidenses, en particular del ala liberal de la Iglesia, mientras líderes del grupo viajaban por el país en un autobús para defenderse de las acusaciones
ROMA. El Papa Francisco reafirmó las críticas del Vaticano hacia un órgano que representa a monjas estadounidenses, que la Iglesia dijo estaba contaminado de feminismo «radical», poniendo fin a las esperanzas de que mostrara una postura más flexible para con las religiosas.
El predecesor de Francisco, Benedicto XVI, decretó que la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas, un grupo que representa a más del 80 por ciento de las 57.000 monjas católicas en Estados Unidos, debe cambiar su manera de actuar, un fallo que el Vaticano dijo el lunes que aún se mantiene.
El año pasado, un reporte del Vaticano sostuvo que el grupo tenía «graves problemas doctrinales» y promovía «temas feministas radicales incompatibles con la fe católica», criticándolo por tener una postura flexible en temas como anticoncepción y homosexualidad.
Las monjas recibieron un amplio apoyo entre los católicos estadounidenses, en particular del ala liberal de la Iglesia, mientras líderes del grupo viajaban por el país en un autobús para defenderse de las acusaciones.
El lunes, las líderes del grupo se reunieron con el arzobispo Gerhard Ludwig Müller, el nuevo director del departamento doctrinal del Vaticano, y con el arzobispo Peter Sartain de Seattle, quien fue nombrado por la Santa Sede para corregir los errores percibidos.
«El arzobispo Müller le informó a la presidencia (de la Conferencia) que recientemente discutió el análisis doctrinal con el Papa Francisco, quien reafirmó las conclusiones del análisis y el programa de reforma», dijo el Vaticano en un comunicado.
El Vaticano recordó al grupo que «permanecerá bajo la dirección de la Santa Sede», según el comunicado.
Fue la primera reunión de las monjas con Müller, quien sucedió al cardenal estadounidense William Levada como director de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Levada, quien se retiró el año pasado, supervisó la investigación del Vaticano sobre las religiosas estadounidenses.
La Conferencia dijo en un comunicado que la «conversación fue abierta y franca» y añadió: «Rezamos para que estas conversaciones puedan dar fruto para el bien de la Iglesia».
En abril del 2012, el departamento doctrinal criticó a la Conferencia por desafiar a obispos y por permanecer «callada sobre el derecho a la vida», diciendo que no había tenido una «visión bíblica de la vida familiar y la sexualidad humana» como tema central en su agenda.
Las monjas apoyaron la reforma de salud del presidente Barack Obama, en la que se incluye un seguro obligatorio de cobertura de métodos anticonceptivos, mientras que los obispos del país se opusieron a ella. Agencias
«Mal interpretadas»…
Muchas monjas dijeron que el reporte del Vaticano interpretó mal sus intenciones y subvaloró su trabajo por justicia social.
Partidarios de las monjas dijeron que las religiosas ayudaron a la imagen de la Iglesia en Estados Unidos en un momento en que la institución estaba inmersa en un escándalo de abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes. Fueron elogiadas por muchos católicos y los medios por su trabajo con los pobres y los enfermos.
El comunicado del lunes del Vaticano expresó gratitud por la «gran contribución» que las monjas estadounidenses habían hecho al enseñar y cuidar a los enfermos y pobres.