Entre las mayores de 75 años diagnosticadas con cáncer mamario, las mujeres que se habían realizado la última mamografía cinco años antes tenían el triple de posibilidad de morir por el cáncer que las mujeres que se habían realizado el estudio en los últimos seis a 12 meses
NUEVA YORK. No realizarles mamografías de control a las adultas mayores podría elevar su riesgo de morir por cáncer mamario, según concluyó un equipo después de realizar un análisis observacional de datos del estudio Women’s Health Initiative.
Entre las mayores de 75 años diagnosticadas con cáncer mamario, las mujeres que se habían realizado la última mamografía cinco años antes tenían el triple de posibilidad de morir por el cáncer que las mujeres que se habían realizado el estudio en los últimos seis a 12 meses.
Pero se desconoce si la mamografía modificó su sobrevida general.
Los autores presentaron los resultados en la reunión anual de la Academia Estadounidense de Investigación del Cáncer (AACR, por su nombre en inglés), en la ciudad de Washington.
El equipo del doctor Michael S. Simon, del Instituto del Cáncer Barbara Ann Karman, Detroit, Michigan, dijo que más del 60 por ciento de los tumores mamarios diagnosticados entre los 70 y 79 años estaban leve o moderadamente diferenciados.
«Las adultas mayores del estudio WHI desarrollaron tumores agresivos -aclaró Simon-, de modo que decidimos realizar el análisis para ver si el intervalo entre mamografías influía de algún modo en la mortalidad por el cáncer mamario.»
Con su equipo revisó datos de 8663 mujeres diagnosticadas durante los 12,2 años de seguimiento.
El intervalo entre la mamografía de control y el diagnóstico del cáncer de pecho fue de entre seis y 12 meses en apenas un tercio de las mujeres, de uno o dos años en el 47 por ciento, de entre dos y cinco años en el 17 por ciento y de más de cinco años (o nunca) en el 5,8 por ciento.
Los registros revelaron una incidencia de la enfermedad avanzada al momento del diagnóstico del 23 por ciento en las mujeres con un intervalo de cinco o más años, versus el 20 por ciento en las mujeres con un intervalo de seis meses a un año desde la última mamografía (p=0,05).
Hubo 437 decesos por todas las causas en las 8.340 mujeres incluidas en el análisis final (5,2 por ciento) y 116 muertes en las 2.381 mujeres de más de 75 años (4,9 por ciento.
Tras considerar la edad, la etnia y la participación en el estudio observacional o clínico del WHI, el seguro de salud, el estado civil, el índice de comorbilidad de Charlson y el IMC, la realización de la mamografía estuvo asociada con la mortalidad por cáncer de pecho en las mayores de 75 años.
El grupo etario demostró que las mujeres con un intervalo de cinco años o más entre la mamografía y el diagnóstico tendría el triple de riesgo de morir por el cáncer que las que se habían realizado el estudio entre seis y 12 meses antes (HR=3,17; p para la tendencia=0,0001).
Y aquellas con un intervalo de más de dos años, pero menos de cinco, tenían el doble de riesgo.
Esas asociaciones no se detectaron en las mujeres más jóvenes. En el grupo de entre 50 y 74 años, el HR era de 1,28
para un intervalo de cinco años o más y de 1,05 para un intervalo de más de dos años, pero menos de cinco (p para la
tendencia=0,43).
Las mujeres con un intervalo más prolongado entre la mamografía y el diagnóstico también eran más propensas a tener enfermedad negativa para los receptores de estrógeno (22 versus 016 por ciento, p=0,03).
La limitación del estudio, para Simon, es que fue retrospectivo. «Tratamos de ajustar lo que pensamos que estaría
asociado con el riesgo de morir, pero no obtuvimos información de los tratamientos», sostuvo.
Comentó que el estudio se realizó «como respuesta a la recomendación del 2009 de la Comisión Especial de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF, por su sigla en inglés) para que las mayores de 75 no se realicen la pesquisa mamográfica, a partir de la premisa de que la enfermedad sería indolente o que ellas moriría por otra causa».
Pero el doctor Michael LeFevre, copresidente de la USPSTF, aclaró que el panel no recomendó dejar de pesquisar a las adultas mayores.
«En el 2009, la USPSTF concluyó que la ciencia no tenía definiciones sobre el equilibrio de los beneficios y los riesgos de la pesquisa después de los 75 años ni se pronunció a favor o en contra de la pesquisa en ese grupo etario», dijo LeFevre, profesor de medicina familiar y vicepresidente del Departamento de Medicina Familiar y Comunitaria de University of Missouri.
«Ante la falta de evidencia de calidad, una mujer debería trabajar con un profesional de confianza para decidir si el
control mamográfico regular tiene sentido en su caso», aconsejó LeFevre.