El presidente de EE. UU., Barack Obama, ofreció el apoyo de su Gobierno para apoyar la respuesta de las autoridades locales a la «tragedia» ocurrida en West (Texas) tras una explosión en una planta de fertilizantes que causó al menos 15 muertos y más de 160 heridos. El alcalde de West, Tommy Muska, explicó en una conferencia de prensa que de 50 a 60 casas han quedado demolidas y que casi la mitad de los 2.800 habitantes del pueblo han sido evacuados. «La explosión fue como la de una bomba nuclear», describió el alcalde.
El estallido se produjo dos días antes del vigésimo aniversario de un incendio en Waco que arrasó con un complejo habitado por una secta, en el que murieron 82 de sus miembros y cuatro agentes federales
Una explosión mortal y un incendio destruyó una planta de fertilizantes y decenas de casas en una pequeña localidad en Texas, lo que provocó la muerte de al menos 15 personas, dejó más de 160 heridos y liberó humos tóxicos que obligaron a evacuar la mitad del lugar, dijeron las autoridades.
Inicialmente, la policía había estimado que entre cinco y 15 personas perdieron la vida en la explosión, en la localidad de West, ubicada unos 130 kilómetros (km) al sur de Dallas y 32 km al norte de Waco, poco después de las 8 pm (hora local) de ayer, informaron a medios.
Pero las autoridades dijeron luego que esperaban que la cifra de muertos aumente mientras los servicios de emergencias buscan entre los escombros de la planta West Fertilizer Co. y las viviendas próximas. «Nunca he visto algo como esto», dijo el jefe policial del condado de McLennan, Parnell McNamara. «Parece una zona de guerra con todos los escombros», agregó.
La explosión sacudió la región de Dallas y más allá con un movimiento de tierra equivalente a un sismo de magnitud 2,1, dijo el Servicio Geológico de Estados Unidos. El sargento de la policía de Waco, Patrick Swanton, dijo que los investigadores evaluarían si las llamas fueron resultado de un mal manejo o de una reacción química, y agregó que el sitio de la explosión estaba siendo tratado como una escena del crimen por el momento.
«No estamos diciendo que se trate de un crimen, pero no lo sabemos», dijo Swanton a periodistas el jueves por la mañana, unas nueve horas después del estallido. «Lo que significa para nosotros es que hasta que sepamos que se trata de un accidente industrial, la trabajaremos como una escena del crimen», añadió aclarando que no había evidencia inmediata de que se hubiera producido un delito.
La explosión se produjo dos días antes del vigésimo aniversario de un incendio en Waco que arrasó con un complejo habitado por una secta, en el que murieron 82 de sus miembros y cuatro agentes federales. El alcalde de West, Tommy Muska, dijo a Reuters que había cinco o seis bomberos voluntarios sin localizar, que fueron de los primeros en acudir al lugar. Los bomberos habían estado luchando con el fuego y evacuando las residencias adyacentes y un centro de atención médica por unos 20 minutos antes de que se produjera la explosión.
Evacuación
Las autoridades dijeron que las llamas que continuaban dentro de la planta suponen dos amenazas: la posibilidad de desatar la explosión de un segundo tanque de fertilizantes y la emisión de humos peligrosos en el vecindario. Swanton dijo que el fuego que estaba alcanzando otros tanques químicos había sido controlado y «no creo que eso siga siendo una amenaza».
El portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, D. L. Wilson, dijo que alrededor de la mitad del pueblo -un área que abarcaría entre ocho y 10 manzanas- fue evacuada y que «incluso podríamos tener que evacuar la otra mitad del pueblo» si el viento cambiaba de dirección, como se espera. Pero personal de manejo de emergencias local determinó que no hay peligro inmediato para el público ante el actual estado del humo proveniente del fuego, dijo Swanton.
Los funcionarios dijeron que no se podrá realizar una evaluación completa adecuada de los daños hasta antes del anochecer. Wilson dijo que entre 50 y 75 viviendas resultaron dañadas por la explosión y el incendio, y que un complejo de apartamentos de 50 unidades había quedado reducido a «un armazón». Muska situó la cifra de hogares destruidos entre 60 y 80.
Wilson también señaló que 133 personas fueron evacuadas de una residencia de ancianos que resultó muy dañada, pero no estaba claro cuántos de los adultos estaban heridos. Una escuela secundaria también resultó muy perjudicada por la explosión.
«Niños gritando»
Tres hospitales en Waco y Dallas que estaban recibiendo la ola de pacientes afectados por el desastre informaron que estaban tratando más de 160 lesiones de variada gravedad. «Estamos viendo muchas laceraciones y lesiones de tipo ortopédico (…) cosas que uno esperaría en una explosión», dijo David Argueta, vicepresidente de operaciones del Centro Médico Bautista Hillcrest en Waco.
Jason Shelton, un padre de dos hijos de 33 años que vive a menos de 1,6 kilómetros de la planta, dijo que escuchó los camiones de bomberos llegar a la instalación cinco minutos antes de la explosión y que sintió el estallido como si hubiera sido en la puerta de su casa. «Mis ventanas comenzaron a rajarse y mis niños gritaban», dijo Shelton. «La puerta me golpeó en la frente, y todas las ventanas estallaron», agregó.
El gobernador Rick Perry emitió un comunicando diciendo que su oficina había «movilizado todos los recursos del estado para ayudar a las autoridades locales» a lidiar con el incidente. Un funcionario de la Casa Blanca dijo que la administración del presidente Barack Obama estaba al tanto de la situación y controlando la respuesta local y estatal a través de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias.
Agencias