Legisladores de la oposición anunciaron que no acudirán a la ceremonia de juramentación de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela el viernes en la Asamblea Nacional, en protesta por la decisión de no concederles el uso de la palabra en las sesiones del parlamento si no reconocen al sucesor de Hugo Chávez como el primer magistrado de la nación.
Miembros de la coalición opositora en el Congreso dijeron el jueves que tampoco asistirán a la ceremonia por la criminalizaron de su petición de hacer un recuento total de los votos de los comicios presidenciales que eligieron a Maduro como mandatario por un estrecho margen electoral.
«No vamos a acompañar ese acto de juramentación de Nicolás Maduro», dijo en rueda de prensa el diputado Andrés Velázquez de Causa R, uno de los partidos que integran la coalición opositora en la Asamblea. «No vamos por la actitud gorila de (Diosdado) Cabello que intenta desconocer a los parlamentarios».
Al chavismo «les tengo una mala noticia…Nosotros no nos vamos a ir del parlamento», dijo el parlamentario opositor Leomagno Flores, del partido socialdemócrata Acción Democrática, también de la coalición opositora.
El órgano legislativo tiene un total de 165 curules, de las cuales 98 están en manos del oficialismo.
El país también está a la expectativa sobre la decisión final que tomará el Consejo Nacional Electoral a la petición del recuento de votos presentada oficialmente la víspera por la oposición. La presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Luisa Estela Morales, sostuvo que la Constitución y leyes del país no prevén el conteo manual de sufragios.
Mientras los legisladores opositores aún hablaban con periodistas, Cabello señaló en su cuenta de Twitter: «Les repito a los diputados de la oposición, por si acaso no entendieron, si no reconocen a Maduro como Presidente no los reconozco en la AN (Asamblea Nacional)».
Al momento, se desconoce si Cabello se refería a la negativa de no acreditarlos como congresistas pese a ser elegidos popularmente.
Cabello fue uno de los más cercanos colaboradores de Chávez, cuya muerte el cinco de marzo llevó a Venezuela a realizar elecciones especiales. La autoridad electoral dio el triunfo a Maduro frente al opositor Capriles, por unos 267.000 votos de más de 14,8 millones de sufragios emitidos.
Maduro fue declarado presidente electo un día después de los comicios del domingo.
El líder opositor sostiene que él ganó la elección presidencial y su petición de recuento la sustenta en supuestas irregularidades en la votación cometidas antes y durante la jornada electoral.
Como la Asamblea Nacional es de las pocas instancias en las que los opositores tiene representación y una instancia de aproximación al gobierno, la decisión de ausentarse podría marcar el tono de lo que serán las relaciones entre los bandos en los próximos meses.
El diputado opositor Velásquez dijo que con la actitud de Cabello «esta gente (del oficialismo) ha venido metiéndose en un pantanoso terreno antidemocrático… una especie de golpe de Estado blando».
El diputado Flores dijo en la misma rueda de prensa que con la decisión de Cabello de no permitirles hablar «se cerró el diálogo en el parlamento».
«Y no sólo se cerró el diálogo en el parlamento sino que se está tratando de enmudecer a los diputados» opositores, añadió.
La intención del chavismo de impedirles hablar, según los legisladores opositores, es presionarlos para que se retiren del parlamento para que el oficialismo pueda aprobar sin ningún debate u objeción las elecciones de nuevos miembros del Tribunal Supremo de Justicia, del Consejo Nacional Electoral, al Fiscal General, entre otros altos funcionarios, y cuyos períodos se vencieron hace meses.
El legislador opositor Ismael García, del grupo Avanzada Progresista, dijo que esos anuncios de autoridades de que investigan y podrían encarcelar a dirigentes de la oposición eran un intento de intimidarlos.
«Van a tener que hacer una cárcel muy grande porque somos casi 8 millones de personas que votamos por Capriles», dijo García.
El gobierno ha dicho que la ceremonia de juramentación de Maduro, de 50 años, se realizará el viernes con la asistencia de delegaciones de al menos 15 países, incluidos algunos de sus presidentes.
El bloque de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) tiene previsto reunirse de última hora en Lima para abordar la situación post electoral en Venezuela y se esperaba la presencia del propio Maduro.
La Unasur está integrada por Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.
Para Capriles, un abogado de 40 años, el reconteo determinaría su victoria porque asegura que, por datos de sus testigos en las mesas electorales, consiguió más votos que Maduro.
La diputada Aurora Morales, presidenta del congreso estatal de Miranda y militante del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, dijo que el chavismo espera declarar la «ausencia absoluta» de Capriles de la gobernación del estado Miranda, vecino a Caracas, argumentando que no ha reasumido sus funciones por estar al frente del reclamo del reconteo.
Capriles ha dicho que ya está al frente del gobierno local y que si desean sacarlo del cargo, deberá ser a través de un referendo revocatorio.
A través de las redes sociales, Maduro y Capriles advirtieron de posibles acciones de grupos contra sus respectivos seguidores.
«Todos debemos reaccionar acabamos de Derrotar un Golpe de Estado y ellos van a continuar con el Saboteo a la Vida del país. Alerta a Tod(at)s», escribió el presidente electo en su cuenta de Twitter.
Prácticamente al mismo tiempo, y también en su cuenta de la red social, el líder opositor señaló: «ALERTA grupos del Gobierno vestidos o con afiches nuestros que quieren generar violencia! Nadie caiga en provocaciones, hacer RT».
Ninguno de los dos, que en la semana han cruzado acusaciones sobre hechos de violencia en protestas luego de las elecciones, mencionó detalles.
En una entrevista transmitida la noche del miércoles con la cadena brasileña Globo, el escritor peruano Mario Vargas Llosa consideró que «la democracia latinoamericana con quien debería solidarizarse es con los demócratas venezolanos, que están luchando por una sociedad libre como es Brasil, Chile, Perú».
El premio Nobel de Literatura, quien ha sido un crítico permanente de Hugo Chávez, dijo que «sus gobiernos no pueden ser tan contradictorios de, por una parte, defender y respetar la democracia, y de otra, apoyar una acción tan autoritaria».