La fotografía de Luis Felipe Martínez que apareció ayer en las páginas de La Voz como la de uno de los delincuentes abatidos en enfrentamiento policial, fue aportada a la prensa en medio de las informaciones dadas por autoridades de Poliplaza y el Cicpc, tras localizar el documento de identificación en el escenario del suceso registrado esta semana, como consecuencia de que los sujetos portaban las cédulas de personas que habían mantenido en cautiverio para exigir rescates por ellas
Horas de verdadero horror y angustia vivió durante casi dos días, desde la noche del lunes 15 de abril el comerciante Luis Felipe Martínez Rodríguez, quien fuera víctima de un plagio ocurrido en la Avenida Sanz, de Caracas, y a quien sus plagiarios amenazaron de muerte e incluso torturaron, para luego liberarle habiéndole despojado, entre otras cosas, de su identificación personal, con la cual luego intentaron otro secuestro, siendo abatidos por personal policial en medio de una persecución iniciada en la ciudad mirandina de Guarenas.
El inicio del horror
En medios policiales y a través de la propia víctima del suceso, pudimos conocer durante este miércoles 17 de abril que los delincuentes abatidos en medio de un enfrentamiento registrado con funcionarios de la Policía Municipal de Plaza, resultaron ser integrantes de la banda que habría secuestrado por varias horas a Luis Felipe Martínez, y que uno de dichos sujetos portaba la identificación del mismo, motivo por el cual la fotografía del ciudadano Martínez apareció ayer reseñada en las páginas de este diario, como la de uno de los falsos funcionarios del Cicpc, dedicados al secuestro y la extorsión.
Al conversar durante este miércoles con la víctima del plagio ocurrido en la Avenida Sanz de Caracas, el mismo refirió que en efecto él habría sido sometido cuando bajaba por dicha avenida capitalina, luego que sujetos a bordo de una camioneta Hyllux le abordan y sus cuatro tripulantes le amenazan de muerte y lo cubren con una chaqueta que le impedía conocer el rumbo por el que era llevado.
«En principio me indican que ellos eran funcionarios y que me están deteniendo porque me vinculan con la compra de objetos robados, y ante esto yo les indico que están equivocados, que yo no tengo nada que ver con eso», cuenta Luis Felipe Martínez, reviviendo en su memoria el lamentable suceso que casi le cuesta la vida.
2 millones de bolívares fuertes
A este ciudadano le despojan de sus pertenencias, le exigen entregar 2 millones de bolívares fuertes por su liberación, y le dan detalles de su vida privada, los detalles acerca de su socio, que le indicaban que los sujetos sabían mucho de él, lo cual llegó a provocarle mayor temor, pensando en la seguridad de su socio, y sobre todo en sus seres queridos.
Asimismo, los sujetos llaman al socio de Luis Felipe Martínez desde su propio teléfono y mientras le torturaban con pistolas eléctricas, le exigían al socio de la víctima que buscara el dinero para su liberación.
«Afortunadamente mi socio tuvo un buen comportamiento, pidiéndoles que se tranquilizaran y no me hicieran daño, así como que trataría de reunir el dinero, por cuanto realmente nosotros no contamos con una cifra como esa», contó igualmente Luis Martínez.
El cautiverio y la liberación
A Luis Felipe Martínez le mantienen en cautiverio en una casa a la que finalmente fue llevado luego de mucho tiempo de estar rodando, de acuerdo a lo contado por el mismo, y en el lugar dejan encendido un aparato de TV a todo volumen, lo cual le impedía escuchar mayor cosa.
«Me colocaron fuertes adhesivos en los ojos y me dejan en un cuarto de la casa encima de un colchón, allí pasaron interminables horas, y durante la noche me sacan de la casa, me montan en un carro, y me dan varias vueltas, después me dejan botado cerca de cuatro cuadras antes de El Recreo, y me habían quitado las esposas. Me dejan allí y me dicen que no me descubra los ojos ni nada, hasta que se vayan, cuando me descubro los ojos reconozco que estoy cerca de El Recreo, y busca ayuda, y logro llegar a mi casa», dice también el entrevistado.
Luis Martínez nunca logró tener con claridad los detalles del por qué le liberan, así como tampoco de si el dinero de su rescate se entregó o no, sino hasta que se dirigió a la División de Antiextorsión y Secuestro del Cicpc, donde al declarar acerca de su caso, la policía se percata de que su cédula de identidad está vinculada al escenario del suceso en medio del cual falsos policías habría enfrentado a comisiones policiales, muriendo en el sitio.
No alcanzaron a cobrar
«Mi rescate nunca se pagó y lo cierto es que los sujetos habían quedado en buscar el dinero, pero nunca lo hicieron», dice Martínez, quien afirmó que nunca imaginó vivir momentos de tanta angustia, pensando que lo peor podría ocurrirle.
También a través de este ciudadano pudimos saber que posiblemente otras personas secuestradas pudieron ser llevadas a la casa en que él fue dejado por algunas horas, y presume que otra de las identificaciones que aparecieron en la prensa, podría ser en realidad la de una víctima de plagio, y no de los secuestradores. «No lo puedo afirmar con exactitud, pero sería muy bueno que eso se investigara, porque realmente esto es sumamente desagradable para uno», culminó.
Janeth Solórzano
janethmaye@yahoo.com