“Para gobernar es necesario darle la cara a las necesidades de toda la población, sin importar su preferencia política. La improvisación, la arrogancia y los intereses discrecionales, como elementos de la política agroalimentaria, no solucionarán los problemas de abastecimiento que hoy se reflejan en los anaqueles venezolanos, y sufre la totalidad de nuestra población”, así lo expresó el coordinador de la Comisión Agroalimentaria de la Unidad, Rodrigo Agudo.
Explicó que en la actualidad, se encuentran elementos o circunstancias en el mercado de alimentos, tanto nacional como internacional, que aceleradamente coadyuvan a una potencial situación de crisis de abastecimiento; crisis que podría alcanzar niveles de escasez con respecto a la oferta de productos alimenticios básicos, cuyos efectos sobre la totalidad de la población, independientemente de su identidad política, serían de un muy profundo y negativo impacto.
“La subestimación del impacto de la sobrevaluación de nuestra moneda; la improvisación en la planificación de las importaciones; la subida inesperada del precio internacional de productos como la leche y el maíz, entre otros; la urgente necesidad de ajustar los precios tanto a nivel del productor, como del consumidor, que llevan entre cinco (5) hasta quince (15) meses de atraso, se combinan de forma tal, que si el Ejecutivo Nacional no enfrenta de manera inmediata estos problemas, se generará una situación de escasez sostenida, en la oferta de los principales productos básicos (leche, harina, azúcar, huevos, cárnicos y aceites, entre otras familias de productos) que podría desembocar en altos y delicados niveles de conflictividad social”, señaló Agudo.
Entre tanto, el coordinador agroalimentario de la Unidad explicó que las circunstancias antes mencionadas pronostican una grave situación de abastecimiento que el gobierno no podrá afrontar, si no se introducen los correctivos necesarios a la actual política en esta materia en el país.
Apuntó que se debe asumir una conducta responsable, no seguir difiriendo las decisiones urgentes, tener voluntad autocrítica, y tomas las medidas necesarias que impidan una situación de escasez estructural; ya que de no hacerlo se impondrán las restricciones, en variedades y presentaciones, de los alimentos básicos, y lo que es más grave aún, el racionamiento de los mismos.
“Para este momento, ya sería inevitable una situación de restricciones y carencias; sin embargo, es posible tomar medidas correctivas, de inclusión y consensos, que permitan crear un ambiente de confianza, y estimulen la inversión nacional; en fin, que puedan prevenir toda posibilidad de conflictividad social. De no tomarse acciones inmediatas se podría afirmar, que lo que está por venir, no será mejor que lo que estamos viviendo”, finalizó Agudo.