Si algo dejó la recién finalizada ronda regular de la NBA es la impresionante campaña que hicieron LeBron James y compañía. Son favoritos para repetir el título
Para muchos, la temporada regular de la NBA se puede resumir con las actuaciones de solo dos equipos: Miami Heat y Los Ángeles Lakers. Uno por cumplir con su etiqueta de favorito y el otro por ser la gran decepción.
Como protagonista, el campeón Heat superó todas las expectativas. LeBron James, Dwyane Wade y compañía nos regalaron una memorable travesía durante 82 juegos, 27 de los cuales vivirán para siempre.
La increíble racha de victorias que amenazó por un momento con borrar del libro de récords a Los Angeles Lakers de 1971-72 que ganaron 33 partidos consecutivos, coloca al Heat aparte en la conversación de los grandes siempre y cuando repitan como monarcas. ¿Esperado? Sí, en parte. Miami iba a dejar su marca en la campaña, de una forma u otra. ¿Impresionante? Sí. Vamos, hablamos de 27 victorias corridas y nada más que decir.
James (26.8 ppj, 8.0 rpj, 7,3 apj, .565 FG%, .406 3P%) elevó su juego a nuevas alturas luego de su brillante actuación en la postemporada pasada, despejando cualquier duda sobre quién debe ganar el premio del Jugador Más Valioso. Sería su cuarto galardón en cinco años, algo que solo el mítico Bill Russell ha logrado en la historia de la NBA.
Miami no fue el único en la Conferencia del Este que cumplió con los pronósticos de pretemporada (http://es.pn/S5ZKfk), con los New York Knicks e Indiana Pacers surgiendo como sus dos retadores principales, gracias en parte al declive de los Boston Celtics y la ausencia de Derrick Rose en Chicago.
Los Brooklyn Nets y Bucks de Milwaukee tomaron el lugar del Orlando Magic y Philadelphia 76ers en la postemporada, aunque sus clasificaciones no necesariamente son sorpresivas; la falta de profundidad en la conferencia es evidente, y la presencia de ambos no altera un panorama que presenta a Miami como una línea para llegar a su tercera final consecutiva.
Mientras tanto, en el Oeste, el favoritismo del Oklahoma City Thunder y los San Antonio Spurs se sintió, al igual que el crecimiento de los Denver Nuggets, Memphis Grizzlies y Los Ángeles Clippers, tres quintetos que establecieron marcas de victorias para sus respectivas franquicias.
El éxito de estos equipos se veía venir (http://es.pn/RKZzDm), pero no le resta méritos en una conferencia donde los sorpresivos Golden State Warriors y Houston Rockets reemplazan a los Dallas Mavericks y Utah Jazz en el cuadro clasificatorio.
Y entonces están los Lakers, equipo que vivió una montaña rusa de emociones desde antes del silbato inicial hasta el ultimo día de la campaña.
La constelación de estrellas no se materializó en el escenario de Hollywood, y por primera vez en mucho, mucho tiempo, el futuro del violeta y oro luce incierto; Dwight Howard todavía está en juego en el mercado de agencia libre, y aunque no dudo que Kobe Bryant vendrá a matar la próxima temporada, un desgarre del talón de Aquiles podría ser mortal hasta para el ‘Black Mamba’.
Los tiempos difíciles de los Lakers fueron compartidos por varios otros equipos que vivieron más pesadillas que sueños lindos a través de una larga, y en ocasiones tediosa, temporada regular de NBA.
Los más desafortunados (Bobcats, Suns, Kings, Pistons, Magic y Wizards) nunca tuvieron oportunidad en 2013. Otros con más potencial (Timberwolves, Hornets-Pelicans, Cavaliers) queremos verlos saludables en 2014.
Algunos decepcionaron
¿Y los más decepcionantes? Bueno, los Lakers encabezan esta corta, pero ínfame lista, la dolorosa de la NBA con los Raptors y hasta los Bucks y Jazz como mención honorífica.
Los Ángeles Lakers: ningún equipo decepcionó más. Arrancó mal bajo las ordenes de Mike Brown y nunca encontró ritmo -en ofensiva o defensa- con Mike D’Antoni como coach. Las lesiones jugaron una gran parte de principio a fin, pero un octavo lugar es muy lejos de lo que la fanaticada y la gerencia espera y exige.
Dallas Mavericks: ¿Será el fin de una era en Dallas? Apenas dos años removidos de su primer campeonato, los Mavericks se quedaron fuera de la postemporada por primera vez desde 1997, y aunque quizás clasificaban con un Dirk Nowitizki saludable, el desliz se pronosticó de atemano. Las movidas de la gerencia no dan resultados, ni inspiran confianza mirando a largo plazo; solo la billetera de Mark Cuban puede evitar el total descalabro.
Philadelphia 76ers: la adquisición de Andrew Bynum fue un desastre para una franquicia que se quedó a un triunfo de avanzar a la final del Este en el 2012. A pesar del desarrollo del armador Jru Holiday -candidato al Mayor Progreso-, los Sixers se encuentran más cerca de la reconstrucción que de competir seriamente; la desilusión fue tal en la ciudad de ‘Brotherly Love’ que Doug Collins no estaría de vuelta.
Víctor O. López
espndeportes.com