Yendrick Sánchez, el hombre que irrumpió en la juramentación del presidente Nicolás Maduro y le arrebató el micrófono durante el acto de juramentación en la Asamblea Nacional este 19 de abril, fue trasladado bajo fuerte custodia policial a la morgue de Bello Monte para practicarle exámenes forenses que incluyen el psiquiátrico.
Durante más de dos horas, Sánchez estuvo en la sede de ciencias forenses y aproximadamente a las 11:15 de la mañana, fue conducido por funcionarios del Sebin hasta la patrulla de ese organismo en que fue trasladado, antes de ser llevado al Internado Judicial de Coro, en el estado Falcón.
La Fiscalía lo acusó por la presunta comisión de los delitos de ofensa agravada al jefe de gobierno y asociación, de acuerdo con lo previsto en el Código Penal y en la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo.
Cuando lo sacaban a empujones para evitar cualquier contacto con la prensa, Yendrick Sánchez gritó a los medios de comunicación que necesitaba hablar con ellos. Dijo a gritos que lo tenían aislado y que el trato que había recibido en el Sebin era «más o menos».
Al preguntarle la razón por la cual se le había designado defensores público y negado cualquier posibilidad a una defensa privada manifestó: «porque así lo quiso el Estado. Así lo determino el Estado».
El «espontáneo» aprovecho el breve recorrido hasta la unidad para manifestar que «amo al Zulia, a mi estado querido que lo amo». También aseguró que la pena que podría recibir por el delito que se le imputa oscila entre 1 a 6 años y antes de que le cerraran la puerta de la camioneta donde fue metido bajo el acoso de los medios grito un enérgico «los amo, los amo a todos, los amo».
Yendrick Sánchez fue sometido a exámenes psiquiátricos para conocer en primer orden el pleno uso de sus facultades mentales, debido a que no es la primera ocasión que irrumpe en un evento masivo para sabotearlo y ser motivo de escándalo, tal como lo logró en el certamen de Miss Venezuela en el año 2007 y durante un mitin electoral en la campaña de Henrique Capriles.
AA