Así lo manifestó Roxana Suárez, quien vive desde hace 10 años en constante angustia cada vez que llueve en el sector Los Aguacatitos, lugar donde se encuentra su casa que está apunto de ceder por estar ubicada en un zona de alto riesgo
Unas horas de lluvias en el sector Los Aguacatitos, ubicado en El Valle del municipio Libertador, son suficientes para que Roxana Suárez, en compañía de unas 24 familias más, vivan momentos de zozobra pensando que sus casas podrían colapsar en cualquier momento.
Durante estos años de estadía se han registrados varios deslaves, y aunque las autoridades municipales han socorrido a tiempo a los habitantes de la zona, Suárez afirma que sólo han realizado trabajos de remoción de escombros y despejes de algunas calles, acciones que a la larga no frenan un derrumbe. La solución será cuando finalmente se construya un muro de contención, según afirmó.
A la buena de Dios
Relata que los aguaceros que han caído durante los últimos días aún no han ocasionado estragos; sin embargo muchos de los vecinos toman sus previsiones: “A veces tenemos que levantar nuestros electrodomésticos con bloques y piedras para que no sufran daños, como también el estar preparados ante una emergencia”.
Destaca que la gran cantidad de tierra, escombros, piedras y el mal estado de la vialidad imperan en esta zona. Los habitantes viven el día a día con la inquietud de que en cualquier momento la temporada de lluvia los obligue abandonar sus hogares por el miedo y el peligro que representan los deslaves.
Sin ninguna respuesta
Carlos Faría, coordinador de Voluntad Popular de El Valle, destacó que durante estos últimos 14 años, “hemos sido visitados por diversas comisiones del Estado, que por lo general toman gráficas de la situación y bajo un censo registran a las personas perjudicadas, pero nunca materializan nada”.
Cuenta que ante la falta de respuesta, muchas de las familias afectadas acuden a casas de sus familiares a esperar que escampe para poder volver a sus viviendas que en su mayoría se encuentran deshabitadas y estructuralmente muy afectadas.
“Esta situación no sólo afecta a las 25 residencias, sino también al transporte público y los vehículos particulares, pues cada que llueve tenemos que trasladarnos a otros lugares, es decir, en vista que el barrio tiene un nivel de inclinación muy marcado, cuando caen los aguaceros muchos de los vehículos son arrastrados por la corriente, poniendo en peligro la vida de cientos de personas”, se quejó.
Afectan a otros sectores
Igualmente otra afectada, Esperanza Pérez, expresó que estas inundaciones también se extienden a otros sectores como los barrios: Bruzual, El Loro, El Tamarindo y El 70.
“En todo este tiempo hemos autogestionado la problemática, con la construcción de pequeños muros improvisados, con la finalidad de que protejan a las viviendas. Esto es un problema que nos tiene a todos colapsados; aún sin la presencia de precipitaciones, se presentan derrumbes espontáneos, puesto que la tierra está húmeda y cae poco a poco”.
Concluyó que falta poco para que se acentúe la temporada de lluvia, por lo que la esperanza de ser atendidos aún sigue sin perderse, “los organismos públicos deben dejar a lado la política y acudir a la zona, puesto que en estos casos, la lluvia no distingue partido, color, ni clase social”.
Denuncian malversación de fondos
Según Carlos Faría, coordinador de Voluntad Popular de El Valle, los consejos comunales se han beneficiados con los recursos que ha otorgado Fundacomunal para el pueblo.
“El año pasado entregaron créditos para unas cuantas familias que viven en alto riesgo y requerían el dinero para la reconstrucción de sus viviendas, pero a pesar que a mucho les llegó el comunicado, anunciándoles la aprobación del dinero, hasta el sol de hoy siguen sin recibirlo, igualmente sucedió con la obra del supuesto muro de contención”, aseguró.
Denunció las políticas que han implementado estos dirigentes vecinales, se aprovechan de su actividad para tomar posesión de un dinero que es para el bien de la comunidad
Mairy Chourio | mchourio@diariolavoz.net