Por más de ocho horas, unas 20 familias del sector Santa Isabel, ubicado en el kilómetro 18 de la carretera Petare- Santa Lucía, bloquearon este jueves el acceso en ambos sentidos, a fin de reclamar la construcción de sus viviendas, como les fue prometido por el programa “Rancho por casa”
Bajo la promesa que serían beneficiadas a través del programa social de sustitución “ Rancho por casa”, unas 20 familias del sector Santa Isabel ubicado en el kilómetro 18 de la carretera Petare- Santa Lucía, permitieron que sus viviendas fuesen derribadas.
En consecuencia, hoy en día sufren las calamidades de vivir arrimadas, esperando que esta palabra finalmente se materialice, por lo que bloquearon en ambos sentidos el tráfico por más de ocho horas en la mencionada arteria vial, a fin de recibir soluciones.
Con objetos contundentes, palos y guacales, los manifestantes decidieron llevar a cabo esta medida, vociferando que luego de vivir por más de 20 años en sus hogares propios, ahora “tenemos que dormir en casas ajenas, alquilados y hasta en zonas de alto riesgo, por falsas proposiciones”.
Así lo manifestó, Yaquelín Gómez, quien precisó que durante el mes de septiembre se realizó un censo, en el que registraron las primeras 20 familias, puesto que sus viviendas se encontraban estructuralmente afectadas, siendo inmediatamente demolidas; pero luego de haber transcurrido tres meses no “hemos recibido ninguna garantía”.
“Un negocio escondido”
Cuenta la afectada que a mediados del mes de diciembre iniciarían la construcción de las viviendas, pero a pesar que ya se aprobó el crédito y algunos materiales están en manos de la vocería comunal, la obra no se ha llevado a cabo.
“No entiendo por qué sí este programa es para todo el territorio nacional y contamos para ello con la capacidad de financiamiento, el beneficio sea para una sola persona y con la exigencia que comparta la ideología política del Gobierno”, se quejó.
Gómez indicó, que en reiteradas ocasiones han solicitado respuestas a los dirigentes vecinales, de hecho, se dirigieron al Servicio Autónomo del Fondo Nacional de los Consejos Comunales- Safonac- cuyo ente fue el que acreditó los fondos para la supuesta obra, pero fue en vano.
“Peor que un damnificado”
Por otra parte, Aleidy Gill otra de las afectadas, expresó que el reclamo va más allá de una necesidad, es una urgencia. Muchas de las personas les tocó improvisar sus propios hogares fabricados de tablas y techos de zinc, y aunque consciente del peligro que representa sí llegase a caer un aguacero, no tienen otras opción donde residir.
“La noche del miércoles llovió muy fuerte y no pegué un ojo pensado en un deslave, pues mi rabia se reflejaba en la ineficiencia de aquellos que dicen llamarse voceros revolucionarios y que gracias a ellos me convertí en una damnificada”, aseguró.
Declaración que ratificó Raquel Gamboa, vecina del sector, quien calificó de negligentes las política del Gobierno municipal en esta comunidad. “Ocúpese de estas familias porque muchos se escudan del monstruo rojo para tapar las deficiencias”.
Mesa de diálogo
Al lugar se apersonó una comisión del Ministerio de Vivienda y Hábitat, la cual sostuvo una reunión con los afectados, quienes expusieron sus quejas ante la promesa incumplida de los dirigentes de la junta comunal y representantes de –Safonac-, concluyendo que el próximo lunes comenzarán la construcción de las primeras 20 viviendas, a través del programa social de sustitución “ Rancho por casa”.
Mairy Chourio /mchourio@diariolavoz.net / @mairychourio