El libre desenvolvimiento de la personalidad, es el derecho humano fundamental para la revolución de la conciencia
Cesáreo José Espinal Vásquez
cjev@cantv.net
El concepto de revolución, sus medios y fines, ha sido secuestrado por el socialismo marxista como justificación para implantar la revolución permanente y establecer una sociedad sin clase social, sin propiedad privada y especialmente, una sociedad sin conciencia al cercenar el libre desenvolvimiento de la personalidad.
Revolución en el mundo político, significa cambio violento de las instituciones de una nación, que indiscutiblemente conlleva violencia, persecuciones, detenciones y muertes.
Revolución en el ámbito científico y técnico ha existido y se estudia para realizar revoluciones pacíficas en beneficio de la salud, del entretenimiento y calidad vida. Ejemplos, son muchísimas, la bombilla eléctrica, el teléfono, la penicilina, la vacuna contra el polio, etc, etc., son hechos revolucionarios humanitarios, de felicidad y paz.
Conciencia, es el conocimiento que tiene el ser humano sobre su conducta de lo bueno y de lo malo de sus propios actos para actuar libremente en sus convicciones sin dañar a nadie, por lo que es de lesa humanidad constreñir al pueblo sometiéndolo en un apartheid político con presiones, amenazas y bajo tiranía.
El libre desenvolvimiento de la personalidad es el derecho humano más importante porque trasciende más allá de la muerte, es inmortal.
Todas las ideologías son buenas en la medida que no justifiquen sus fines por medios violentos, agresiones, odios y anarquías subsumidas en espejismos revolucionarios que no admiten conciliación, reconciliación, diálogo, fraternidad y paz en la búsqueda del ideal social para vivir en una sociedad justa.
Hoy, la humanidad vive en un sopor de angustia estresante por amenazas de guerra misilísticas, guerrillas, terrorismos, inseguridad personal y jurídica, problema de salud, trabajo, viviendas, que para mucha gente ven el futuro en lo inmediato, en lo ahora, sin pensar en estabilidad social, familiar, superación personal por ser inducida en esa revolución permanente que está obnubilando a muchos jóvenes en su de libertad de conciencia, sometidos a la esclavitud de la dependencia que cercena el derecho a disentir, amarrados por el carnet o el color del partido.
La respuesta a todas estas adversidades está en sembrar, propugnar y alentar la revolución de la conciencia, lo que no deberá interpretarse en ideas desestabilizadoras de las instituciones públicas, del Estado y del Gobierno de turno, sino hacia la perfectibilidad del ser humano de pensar y actuar conforme le dicte su conciencia, sin revolución sino en evolución positiva y progresiva.
El ser humano es el “homo sapiens” de evolución de lo bueno del mundo gregario, superándose en su conciencia, sin capitalismo salvaje ni tiranía marxista, por ello, la revolución buena y feliz sin armas y sin violencia mediante convicción, evolución y amor, es la revolución de la conciencia.