El viernes, a Rolman Pazo le dijeron en El Llanito que su muchacho había superado la crisis, que estaba en proceso de recuperación, y a las 11 de la noche le avisaron que murió de un paro respiratorio
Rolman Pazo, de 26 años, recibió dos disparos en el tiroteo que ocurrió en la camioneta de pasajeros en la que regresaba a su casa. Trabajaba como empaquetador en el supermercado Unicasa en Charallave, se dirigía a Cartanal, cuando hubo el asalto y un policía de civil enfrentó a los ladrones, a la altura del Fuerte Guaicaipuro, estado Miranda.
-Salieron tres personas heridas y el único que murió fue mi hijo, exclamó Rolman Pazo, quien cuestionó el comportamiento de empleados, militares y médicos del hospital de El Llanito.
El hecho ocurrió el jueves 25 a las 7 de la noche. Pazo iba de pie, le dieron un tiro en una pierna y otro en el costado derecho.
-Mi hijo llegó consciente y hablando. Los bomberos se comportaron excelentes, me lo atendieron hasta que lo metieron a pabellón. La operación duró siete horas, pero nunca más nos dejaron verlo.
El viernes le dijeron que el muchacho había superado la crisis, que estaba en proceso de recuperación, y a las 11 de la noche le avisaron que murió de un paro respiratorio.
-Me mintieron. Cuando fui al Cicpc a poner la denuncia, me enteré que mi hijo estaba muerto desde las 4 de la tarde. Mire, cuando yo veía esto por televisión, me ponía a llorar viendo a padres y madres que habían perdido a sus hijos impunemente.
Piensa que hubo negligencia en la atención de su hijo.
El cadáver de Pazo fue uno de los 16 ingresados a la morgue de sábado a domingo. De viernes a sábado registraron 6, para totalizar 22.
A Enver Enrique Ramírez Salcedo (16) lo mataron a tiros en una fiesta en el apartamento 1, piso 2, Torre 1, urbanización Felipe Acosta Carlez, de la Panamericana, kilómetro 7. Eran las 3 am, entraron unos hombres armados y sin hablar le dieron 10 tiros.
AA