Hace más de dos semanas que el hampa arranco de las manos de Simón Bolívar su espada dejando a la insigne estatua del Libertador sin su arma de reglamento.
José Pérez lleva más de cuarenta años sentándose en la plaza Bolívar de Tacarigua y dice que ni los policías se han dado cuenta de que la espada desapareció. “En Tacarigua no hay dolientes, ni la prefectura ni la policía izan la bandera, teniendo los prota bandera, mucho menos se percatan del descuido en que se encuentra” dijo.
Agregó que hace tiempo los bombillos fueron reventados y parece que no hay ningún instituto encargado de cuidar las plazas.
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