Argus es el nombre de la nueva tecnología, la cual puede tomar registros fotográficos simultáneos de una ciudad entera
Imagínese un mundo donde diminutos aeroplanos dotados con cámaras de alta definición, reconocimiento facial, luz infrarroja y localizador GPS registran fotográficamente cada uno de sus movimientos desde que usted pone un pie afuera de su casa. Un lugar donde la privacidad esté a la merced de la seguridad colectiva.
Al parecer ese día está a la vuelta de la esquina, aun más luego de los atentados que paralizaron la ciudad de Boston en los días pasados. “La interpretación de la Constitución tiene que cambiar para permitirnos brindar una mayor seguridad con miras a futuros ataques terroristas”, dijo el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, luego de conocer que los autores de este atentado, los hermanos Tsarnaev, tenían planeado realizar un último ataque en pleno centro de la ciudad, en el corazón de Times Square.
“¿Cuál es la diferencia que existe entre un dron y una cámara de seguridad sujetada sobre la fachada de un edificio?”, se preguntó Bloomberg al referirse a las 2.400 cámaras de seguridad instaladas por la policía de esta ciudad, las cuales, con la ayuda de la unidad de reconocimiento facial, cotejan los rostros de los transeúntes con las bases de datos de las redes sociales con el fin de identificar a sospechosos de investigaciones criminales, justo como ocurrió en Boston.
De igual forma, el comandante de la policía de Boston, Edward F. Davis, al ser preguntado sobre cómo afrontar el futuro, aseguró que no hay duda de que su departamento necesita miles de cámaras con reconocimiento facial en las calles, así como el uso de drones como parte de la unidad antiterrorista.
Ante esta ventana de oportunidad que se abre y a medida que el miedo y los atentados se repiten, la incertidumbre crece debido a que las leyes aún no son claras sobre la regulación del uso gubernamental, comercial y privado de los más de 10.000 drones, como popularmente se les llama a estas aeronaves, que se estima volarán por el espacio aéreo de los Estados Unidos en 2015, según cifras del más reciente estudio de la Administración Federal de Aviación (FAA) de este país.
Argus es el nombre de la nueva tecnología, la cual puede tomar registros fotográficos simultáneos de una ciudad entera, permitiendo el rastreo y notificación a una base de datos y en tiempo real del movimiento de todos sus ciudadanos en un radio de 24 kilómetros.
Sectores pertenecientes al movimiento Occupy Wall Street y demás activistas de la ciudad han realizado en abril distintas acciones públicas por toda la ciudad con el fin de concientizar a sus habitantes sobre este controversial tema, así como para exigir a la administración Obama el fin del uso indiscriminado de drones en la lucha contra el terrorismo, la cual ya ha arrojado, según el Centro de Periodismo Investigativo con sede en Londres, la muerte de 1.141 civiles, entre estos 213 menores de edad, en Somalia, Pakistán y Yemen.
Por su parte Bloomberg, promotor de controvertidas iniciativas en la ciudad, como la prohibición de bebidas azucaradas de más de 16 onzas o la prohibición de la venta de cigarrillos en zonas estudiantiles y a menores de 21, explicó que el uso de los drones con el fin de reforzar la seguridad de la ciudad no es cuestión de un debate ético y por el contrario es simplemente una realidad que no tendrá escapatoria. “El futuro intuye que cada vez seamos más visibles y que por lo tanto tengamos menos privacidad. Es por esto que unas regulaciones claras y fuertes son extremadamente necesarias”, añadió.
De igual manera lo entiende el presidente Obama, quien aun bajo una intensa presión política sancionó en febrero de 2012 una ley que define 2015 como el año en que el espacio aéreo de los Estados Unidos se abrirá a estas aeronaves, dando plazo hasta esa fecha para que la FAA cree el respectivo marco regulatorio.
Ya se habla de una industria que redondeará los US$6 billones para 2016, así como de la creación de 70.000 nuevos empleos en los próximos tres años, lo que podría traducirse en una inyección de US$10 billones a la débil economía estadounidense, según los expertos. Lo que esperan muchos, entre éstos Obama, es que la industria de los drones termine en un gran boom económico que ayude a revolucionar no sólo aspectos como el de la vigilancia, sino industrias como la agricultura y el comercio terrestre.
Entre tanto, ante el vacío regulatorio, ya son más de 81 entidades en todo el país las que han pedido a la Administración Federal de Aviación un permiso temporal para iniciar el uso de drones, entre éstas los departamentos de Policía de Houston, Miami, Seattle y ahora el de Nueva York.
Agencias