El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, trataba de calmar este viernes la tensión con Venezuela, cuyo gobierno reaccionó con dureza a una reunión que tuvo con el líder opositor venezolano Henrique Capriles esta semana en Bogotá, y negó que haya algún intento por desestabilizar a ese país.
«Es descabellado pensar que el gobierno colombiano esté enterado, o peor aún, que esté apoyando algún tipo de acción para desestabilizar el gobierno de Venezuela», dijo Santos en un acto público en Palmira (500 km al suroeste de Bogotá).
«Si nosotros somos los más perjudicados con cualquier problema que tenga Venezuela. Lo que queremos es que le vaya bien a Venezuela», añadió el mandatario.
La declaración de Santos se produjo luego de que el presidente venezolano Nicolás Maduro le criticó por recibir a Capriles en la sede de la presidencia.
Maduro había dicho que duda «de la sinceridad del presidente Santos, cuando le mete una puñalada a Venezuela por la espalda y se presta a lavarle la cara a la conspiración contra Venezuela», y sostuvo que está evaluando todas las relaciones con Colombia.
Capriles perdió las elecciones del pasado 14 de abril con una diferencia de 1,49% frente a Maduro, a quien califica de «ilegítimo».
Durante su visita a Colombia, el líder opositor venezolano pidió que se realice una auditoría exhaustiva de los resultados de esos comicios, que ha impugnado.
La visita de Capriles a Bogotá también provocó el rechazo de Ecuador, aliado de Venezuela en la Alternativa Bolivariana para Nuestra América (ALBA).
«Nosotros aquí jamás recibiríamos, jamás recibiremos a un señor que no mantuvo ese comportamiento como un verdadero demócrata, y cuyos comentarios y actitudes mancharon de sangre al pueblo venezolano. Nosotros no le daríamos jamás la bienvenida en nuestro país», dijo este viernes el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño.
En sus declaraciones, Santos evocó el acuerdo que hizo con el expresidente Hugo Chávez en 2010 para reanudar las relaciones diplomáticas entre sus países, y aseveró que «para el bien de Venezuela y para el bien de Colombia, cualquier malentendido lo podemos resolver civilizadamente, con prudencia, por las vías diplomáticas».
Anteriormente, el canciller Elías Jaua había señalado que Venezuela revisaría si sigue participando como acompañante en el proceso de paz que el gobierno de Colombia y la guerrilla comunista FARC llevan a cabo en La Habana desde fines de 2012.
Sobre ello, el jefe de la delegación del gobierno en los diálogos, el exvicepresidente Humberto de la Calle, declaró que «el papel de Venezuela ha sido muy importante en la conducción de los diálogos (y) no queremos que esto se interrumpa».
«Esperemos que fluyan los acontecimientos por la vía diplomática, pero queremos certificar que en efecto Venezuela ha sido muy útil y el presidente (Nicolás) Maduro lo ha sido también», añadió.
El gobierno de Santos y las FARC cumplen desde noviembre de 2012 con una mesa de diálogo en La Habana, y ya han llegado al primer acuerdo, de un total de cinco.
Las conversaciones, que se encuentran actualmente en un receso, deben ser retomadas el próximo 11 de junio.
El proceso de paz cuenta con el apoyo de Noruega y Cuba (garantes), y de Venezuela y Chile (acompañantes).
AFP