La oposición venezolana impugnó este jueves ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) los resultados de las elecciones presidenciales que dieron vencedor al chavista Nicolás Maduro, en medio de un clima de crispación política en el país sudamericano.
«Hemos presentado el recurso de impugnación ante la sala electoral (…) por cohecho, violencia y fraude de las elecciones del 14 de abril», explicó a la salida del tribunal el secretario ejecutivo adjunto de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Ramón José Medina.
Gerardo Fernández, uno de los dos abogados constitucionalistas que acompañaron a Medina, explicó que se trata de un recurso de más de 180 páginas en el que se demanda la nulidad total y la repetición de las elecciones del 14 de abril, en las que Maduro venció al líder opositor Henrique Capriles por 1,49 puntos porcentuales.
Medina agregó que no confía en la imparcialidad del TSJ, que no tiene una fecha límite para resolver la impugnación. «Pero nosotros estamos obligados a ejercer todos los recursos y estamos obligados a agotar las vías que Venezuela nos da dentro de la legislación para poder acudir a instancias internacionales».
Días atrás, dijo que Capriles podría acudir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), de la que el gobierno venezolano decidió retirarse en septiembre pasado, pero cuya salida se hará efectiva en el plazo de un año.
Capriles, que se pronunciará en rueda de prensa hacia las 22H30 GMT, había anunciado el miércoles que presentarían la demanda ante el TSJ, luego de rechazar la auditoría del escrutinio que inició el Consejo Nacional Electoral (CNE) sin incluir los cuadernos de votación, que la oposición considera clave para probar irregularidades en el proceso.
«Dadas las incidencias -unas 3.000- que sucedieron no solamente el día de las elecciones sino en días previos, (éstas) indican para nosotros que los resultados anunciados por el CNE no son los resultados verdaderos, nosotros ganamos las elecciones», expresó Medina en la mañana del jueves.
En la marcha oficialista del miércoles por el Día del Trabajador, Maduro rechazó la medida opositora: «¡Fascista mayor, fuiste derrotado, acepta tu derrota, basta de pataleos, de lloriqueos!», exclamó. «Siempre dije que si perdía por un voto, yo entregaba, con todo el dolor. Con el dolor de haberle fallado al jefe» (el fallecido Hugo Chávez), dijo este jueves Maduro, que encabezó su «gobierno de calle» por el estado Miranda (norte), gobernado por Capriles.
Crispación postelectoral
Según el cronograma difundido por el CNE, desde este jueves hasta el domingo se organizará el material electoral que será auditado a partir del lunes, en un proceso que pese a ser solicitado por Capriles, no incluye una demanda clave de la oposición para demostrar supuestas irregularidades: la revisión de los cuadernos de votación, que contienen el padrón electoral y pueden demostrar que cada voto emitido corresponde a un solo elector registrado.
La impugnación se realizó en momentos en que la crisis postelectoral se avivó por una violenta sesión el martes en la Asamblea Nacional, en la que diputados chavistas y opositores se enfrentaron a golpes ante el rechazo de los detractores de Maduro a reconocerlo como presidente.
Antes del incidente, la mayoría oficialista negó el derecho a palabra a los opositores por no reconocer a Maduro, renovando un planteamiento realizado días atrás por el presidente de la Asamblea Nacional, el chavista Diosdado Cabello.
En reacción, la Conferencia Episcopal Venezolana hizo este jueves un llamado a la «reflexión serena» y se ofreció a mediar entre ambos bandos para facilitar el diálogo.
«El que odia a su hermano es un homicida», dijo monseñor Diego Padrón al leer la postura de la Conferencia de la que es presidente, y agregando que las agresiones entre diputados «desnaturalizan la identidad del Parlamento y ponen en riesgo un ámbito esencial de diálogo, discusión y propuestas en una sociedad democrática».
Este jueves, el diputado opositor Julio Borges, golpeado en el rostro durante la trifulca del martes, presentó una denuncia ante la Fiscalía contra su par chavista Michele Reyes, «por la agresión sufrida» en el Legislativo. «Cuando niegas en una democracia la palabra como lo está haciendo Diosdado Cabello, estás empujando al país a la violencia, pero le advertimos al oficialismo que no lo va a lograr», dijo Borges a la prensa tras presentar la querella.
La diputada opositora Dinorah Figuera también responsabilizó a Cabello, un exmilitar. «Él cree que todavía es un militar y nosotros somos sus soldados, nosotros somos parlamentarios», criticó la legisladora. Pero Maduro, electo como sucesor de Chávez, acusa a la oposición de haber provocado la violencia en la Asamblea, que también despertó la «preocupación» de Estados Unidos.
El gobierno venezolano tildó además este jueves de «desmesuradas e injerencistas» las declaraciones del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, quien lamentó la «falta de diálogo» entre los venezolanos tras el incidente entre diputados.
Venezuela «rechaza contundentemente las desmesuradas e injerencistas declaraciones» de Insulza, «dadas en evidente y estrecha coordinación con voceros del Departamento de Estado y de la Casa Blanca», indicó la cancillería en un comunicado.
AFP