El Gobierno también ha luchado por mantener el orden en la capital Trípoli, donde la embajada francesa fue bombardeada hace menos de tres semanas
TRIPOLI. Dos bombas explotaron el viernes afuera de comisarías de la ciudad oriental libia de Bengasi y Gran Bretaña retiró temporalmente parte del personal de su embajada en Trípoli debido a temores de seguridad.
Las explosiones, que provocaron daños pero no víctimas, fueron las últimas señales de la inseguridad en Bengasi, lugar de nacimiento del levantamiento que derrocó a Muammar Gaddafi en el 2011.
El Gobierno también ha luchado por mantener el orden en la capital Trípoli, donde la embajada francesa fue bombardeada hace menos de tres semanas. Grupos armados tomaron el control de dos ministerios del Gobierno unos días después para presionar por demandas en el Parlamento y se han negado a retirarse hasta que el primer ministro renuncie.
El jueves, el Departamento de Estado de Estados Unidos emitió una advertencia de viaje para Libia y dijo que había ordenado a parte de su personal de gobierno que dejara Trípoli por razones de seguridad.
El Departamento de Estado advirtió no viajar a Trípoli, Bengasi, Bani Walid y el sur de Libia, incluyendo las áreas fronterizas y las regiones de Sabha y Kufra.
Más de dos años después de que Gaddafi fuera asesinado, grupos armados que ayudaron a derrocarlo son aún más poderosos que el Estado en grandes partes del país desértico, productor de petróleo, del norte de Africa.
Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña, en un inusual comunicado emitido el miércoles, dijeron que las instituciones y los representantes elegidos en Libia deben poder trabajar libres y sin intimidaciones armadas.
«Llamamos a todos los libios a abstenerse de protestas armadas y violencia durante este tiempo difícil de la transición democrática», dijeron los tres países occidentales.
Agencias