Desde la sala comedor de su nueva casa, la cual huele a pintura fresca, confiesa que un día recibió un certificado de materiales de construcción y su realidad comenzó a cambiar
Tener una vivienda propia para vivir dignamente es la aspiración de cualquier persona. Ese sueño de tener casa sólida y segura se le hizo realidad a Luz Marina Alcántara, una barloventeña vecina del sector El Palmar de Tacarigua de Brión y madre soltera de una joven adolescente.
Luz Marina cuenta que la mayor parte de su vida habitó en una vivienda construida con latón y bahareque, la cual colapsó en 2011 producto de una fuerte lluvia. Su camino hacia su nueva casa no fue fácil, ya que pasó muchas penurias y preocupaciones. Cuando llovía su humilde hogar se inundaba y mojaban sus enseres y pertenencias. “Hasta animales como culebras y sapos entraban a la casa porque no teníamos puertas, mi hija y yo nos asustábamos. Nuestras necesidades fisiológicas las hacíamos en una letrina, porque no teníamos baño”.
“Con la primera ayuda que me dio la Gobernación coloqué el piso de cemento pulido, las paredes, el techo, las tuberías de aguas servidas y blancas. Luego con otro certificado que me otorgaron hice el friso, pinté la casa instalé las piezas sanitarias del baño, coloqué cerámica en la cocina y mejoré la fachada. Ahora con esta tercera ayuda que me entregaron construiré un porche, lavandero u otra habitación”.
Esta mujer barloventeña trabaja como recepcionista en un hotel reconocido en Higuerote, sin embargo comenta que con el sueldo que gana mensualmente jamás le hubiera alcanzado para construir su casa. Dice que su casa tiene su sello y que nadie le impuso cómo hacerla. La fachada tiene un color azul eléctrico porque a ella le encanta esa tonalidad. Aunque su hogar está hecho a su gusto agradece la ayuda técnica “de un ingeniero especializado en la construcción de Vivienda Miranda y de obreros que me echaron una mano para levantarla”.
Luz Marina que quiere seguir progresando y detalla que a corto plazo planea instalar en su casa una bodega, negocio que le permitirá contar con otra entrada económica que le permita mejorar aún más su calidad de vida. “Mi casa cuenta con dos cuartos, pero como vivimos mi hija y yo solamente, vamos a utilizar la otra habitación que da cara a la calle para montar una bodeguita, a través de un crédito que nos otorgó Desarrollo Económico Miranda. He comprobado que la esperanza y el sueño de vivir mejor, de progresar sí es posible. Nunca hay que dejar de luchar por lo que uno quiere y no se debe dejar de lado las oportunidades que nos ofrecen”.
Prensa Miranda / JR