Con los odios entre facciones y sectas más enraizados que nunca y el presidente Bashar el Asad sin mostrar señales de disposición a entregar el poder, está lejos de quedar claro si las partes en pugna están listas para conversar
WASHINGTON. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió el lunes que trabajará para llevar al Gobierno sirio y a los rebeldes a la mesa de negociación en Ginebra en las próximas semanas, pero advirtió que será difícil controlar la situación en la guerra civil del país.
Pese a que Obama respaldó un nuevo esfuerzo conjunto ruso-estadounidense para buscar una solución diplomática en Siria, citó una serie de obstáculos para un proceso de paz creíble, incluyendo la implicación de Irán, del grupo militante libanés Hezbolá y del frente Nusra vinculado con Al Qaeda en el conflicto que dura ya dos años.
Obama, en una conferencia conjunta en la Casa Blanca con el primer ministro británico, David Cameron, inyectó una nota de cautela después de que Washington y Moscú elevaron las esperanzas la semana pasada con un acuerdo para tratar de organizar una conferencia internacional de paz sobre Siria.
Con los odios entre facciones y sectas de Siria más enraizados que nunca y el presidente Bashar el Asad sin mostrar señales de disposición a entregar el poder, está lejos de quedar claro si las partes en pugna están listas para conversar.
«Sí, de hecho, podemos mediar una transición política pacífica que lleve a la salida de Asad, pero un Estado en Siria que aún se mantenga intacto, que tenga en cuenta el interés de todos los grupos étnicos, de todos los grupos religiosos dentro de Siria, (…) va a ser bueno para todos», comentó Obama.
Pero también afirmó que no podía hacer promesas debido a lo que llamó una «mezcla inflamable» en la crisis de Siria. «Habrá desafíos enormes (…) incluso si Rusia está involucrada, porque aún tenemos otros países como Irán y tenemos actores no estatales como Hezbolá que han estado activamente involucrados», agregó el mandatario estadounidense.
Una posible conferencia para reunir a representantes del Gobierno sirio y la oposición para intentar poner fin a su guerra civil podría producirse a inicios de junio, dijo el lunes la portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Jen Psaki.
• «CAMBIO DE JUEGO»
Obama, que se ha enfrentado a críticas en Estados Unidos y en el exterior debido a su postura de cautela ante la crisis, no hizo mención a decisiones respecto a armar o no a combatientes de la oposición siria, algo a lo que se ha resistido durante más de dos años de guerra civil, así como también otras opciones bajo consideración.
«Seguiremos trabajando para establecer los hechos respecto al uso de armas químicas en Siria y esos hechos nos ayudarán a guiar nuestros próximos pasos», declaró Obama.
El presidente de Estados Unidos advirtió que el uso confirmado de armas químicas por parte de las fuerzas de Asad sería un «cambio de juego», pero ha insistido en que debe tener pruebas concluyentes para respaldar evaluaciones de inteligencia sobre el probable despliegue de armas químicas.
• ARMAS A OPOSICION
Cameron, en tanto, dijo en una entrevista con National Public Radio que su país no ha descartado emprender acciones contra el Gobierno de Asad, pero posteriormente declaró a los periodistas que Longres no ha tomado la decisión de armar a la oposición siria.
Sin embargo, afirmó que Gran Bretaña doblará la entrega de ayuda no letal a la oposición siria durante el próximo año y que buscaba formas de proveer a los rebeldes de mayor asistencia técnica.
Agencias