Comienza a verse la luz en las semifinales de la NBA. Las victorias de Miami Heat sobre Chicago y Memphis Grizzlies sobre Oklahoma Thunder, el lunes, dejaron esas series 3-1, a punto de mate, aunque las perspectivas son diferentes. Muy pocos han logrado revertir ese balance, pero sin dudas los Thunder tienen mayor profundiad que unos Bulls -dicho en jerga taurina-, «para el arrastre».
La ausencia de Russell Westbrook, como se esperaba, ha sido determinante. Porque la tarea está resultando demasiado para un Kevin Durant, que aun asumiendo con ganas la responsabilidad y desarrollando juego de alto nivel, a ratos acusa el esfuerzo. El factor velocidad, que el armador lesionado llevaba a máxima expresión, se ha resentido. No es lo mismo sin un hombre que se desplaza con el balón a todo gas, capaz de colarse hasta el cesto con variedad para la culminción y un tiro a distancia que le permite meter el freno y ser básico en los contragolpes.
Ahora es cuando más se nota la diferencia por la ausencia de James Harden, que sí podía suplir esa velocidad. Quien llegó por él, Kevin Martin, tiene un pulso de lujo pero es lento y, de paso, no ha estado en su nivel. Y el factor es fundamental ante un cuadro que si bien es excelente a la defensa, tiene dos hombres valiosísimos en el ataque pero para quienes el desplazamiento rápido es un martirio.
Memphis se ha mostrado superior. Más compacto, con una conducción más solvente en Conley, un Tony Allen que, además de avezado defensor, está contribuyendo en los puntos, y la experiencia de Tyshaune Prince, que complementan la fortaleza de Marc Gasol y Randolph en los tableros. (Por cierto, llama la atención que el español, siendo el Jugador Defensivo de la temporada, no figure en el primer equipo en ese rol, donde los técnicos ubicaron a Tyson Chandler).
Por el nivel defensivo de conjunto y su ataque ponderado, que obliga a cerrarse sobre Randolph y ello le abre posibilidades de media distancia a Gasol y despeja el perímetro para tiradores largos – que los tiene-, Memphis ha pasado a ser el favorito. Aunque ahora van a Oklahoma, y allí los Thunder buscarán repuntar. Pero necesitan más de Durán y que, ofensivamente, Martin, Sepholosa e Ibaka suban el promedio de tiro. Por lo visto, la serie puede concluir, al máximo en el sexto juego, que sería en Memphis. No sorprendería si termina hoy.
Demasiado y poco.
Miami ha lucido excelente actitud para manejar los partidos. Frente a un rival que intenta dar pelea todo el partido, y que extrema su defensa, ha sabido aprovechar las oportunidades, fullminante con su rapidez cuando Chicago se equivoca. Y poco ejerce su dominio, terminando con superioridad indiscutible.
A medida que el campeón entra en calor, sin mucha fuerza bajo el aro pero con buena velocidad, manejo y tiradores de todos los puntos, se hace más clara la diferencia. El lunes atacaron desde el entre-dos inicial y sacaron ventaja que nunca pudo ser neutralizada, en buena parte porque la agresividad, ayudas y marcación desnudaron las carencias de un ataque con alarmante falta de fluidez.
LeBron James sigue siendo la figura básica. Pero cada vez más se hacen sentir tiradores como Allen, Battier y Miller, junto a la eficiencia de Bosh y la versatilidad de Wade y Chalmers y el surgimiento de Norris Cole como pilar en ataque y defensa. Sin descartar lo que vienen aportando los internos Haslem y Andersen. Por lo visto, y dosificado como ha sido por la comodidad de sus trámites, los Heat enfrentarán muy a punto las finales de conferencia y de Liga.
En tales condiciones, han sido demasiado calientes para unos diezmados Bulls, que nunca habían anotado tan poco como los 65 del lunes. Irresolutos, sin fluidez para afrontar los movimientos defensivos y aplicar variantes, erráticos desde todos los puntos, de poco les valió el esfuerzo defensivo. Todo es producto, basicamente, de la precariedad de un plantel que debe alinear tres suplentes como titulares y cuyo conductor, esa noche descontrolado por la marca, fue, con 12-0 en sus tiros, imagen de una debacle ofensiva patente en 25.7% de cancha y ¡11.8! en triples. Aventajaron los rebotes 46-36 (con 19 ofensivos) pero fueron dominados 20-36 en la pintura y sin embargo solo concretaron 7 contragolpes (por 19). La multa de 35 mil dólares al DT Thibodeau por sus referencias al arbitraje, fue un regalo adicional.
Hoy, de regreso a Miami, no hay quien apueste por esos Toros listos para el arrastre.
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@DonArmandoN
AP / Nam Y. Huh