Cuatro equipos anunciaron ayer la continuidad de sus directores técnicos: Caracas (Ceferino Bencomo), Aragua (Carlos Maldonado), Lara (Lenín Bastidas) y Anzoátegui (Juvencio Betancourt), detalle significativo para un fútbol nacional que va organizándose, aunque a ritmo menor de lo deseado.
Los anteriores se unen a Deportivo Táchira (Daniel Farías), Mineros (Richard Páez), Atlético Venezuela (José Hernández), Zamora (Noel San Vicente), Trujillanos (Pedro Vera) y Real Esppor (Rafael López). Diez entidades que apuestan a programas a mediano y largo plazo, prioritarios en un medio donde el inmediatismo suele poner los resultados por encima de todo.
Claro que esos planes, además de lo vinculado directamente a los planteles de primera división, deben incidir con fuerza en el mantenimiento de las categorías menores. Algo que aumenta notablemente los costos pero indispensable y exigido, cada vez más, por quienes asumen cargos, convencidos de que sin esa base no puede aspirarse al establecimiento de verdaderas instituciones futbolísticas.
Vale decir que en algunos equipos la situación económica no permite hacer énfasis en el trabajo de las inferiores. Algo que obliga a contratar gente con suficientes conocimientos y capacidad docente para iniciar el desarrollo y evitar casos como uno referido recientemente por Eduardo Saragó (por cierto, excelente profesional, en estos momentos sin equipo) de un joven con excelente condiciones físicas, pero llegado a primera división con notables deficiencias en algo tan básico como patear el balón.
Ahora bien, que la mayoría de los integrantes del espectáculo tomen esa vía es índice positivo, en camino a la formación de verdaderos clubes. Que, en su mayoría, deberían desarrollar acciones dirigidas a fortalecer su base económica, especialmente para hacerse menos dependientes de los gobiernos regionales (o de alcaldías), pues los hace sujetos a vaivenes que pueden afectar sus actividades regulares. Sin que ello niegue la importancia de aportes del sector oficial. Ese es otro tema.
Queda pendiente otro aspecto asaz importante -y ello no va dirigido a los mencionados, sino a la generalidad- superar los casos de mora con jugadores, hecho que sigue repitiéndose en alto grado aunque el temor a represalias, en no pocos casos, lleve a dejar las denuncias en simples comentarios de pasillo.
En cuanto a las ratificaciones, vale destacar, en particular, las de Bastidas y Betancourt. Ambos recibieron una varilla muy alta, el primero además en medio de una crisis económica, el segundo un equipo de donde salían el técnico y jugadores importantes. Fueron capaces, sin embargo, de llegar hasta el final con posibilidades, con campañas sobresalientes en lo interno, lo que hacía imperativa su continuidad.
En el caso de Carlos Maldonado, su confirmación se produce a pesar de una campaña del equipo menos que discreta, no atribuible a su trabajo pues llegó a mitad de camino. Su experiencia y reconocida capacidad son válidas para enfrentar un trabajo a futuro, en un Aragua que ha estabilizado el factor económico y busca precisamente fortalecer su base deportiva.
Maldonado no matriculó
La junta directiva del Monagas Sport Club, encabezada por el presidente de la institución, el abogado Gustavo Mendiri, llegó a un acuerdo con el profesor Saúl Maldonado para finiquitar su contrato con el equipo.
Gustavo Mendiri dejó claro que “la decisión de que el profesor Maldonado abandonara la institución fue tomada por mutuo acuerdo; él se va de buena manera, fue difícil para mí y la junta directiva, pero nos reunimos con él y se llego a una conclusión de que era lo mejor para el equipo”, dijo.
«Lamentablemente no se obtuvo el objetivo que era dejar al equipo en Primera División, pero contentos con el esfuerzo y el gran trabajo realizado por el Cuerpo Técnico”, apuntó.
La junta directiva se encuentra trabajando desde ya para afrontar la temporada en Segunda División, con el mayor optimismo de regresar el equipo a donde se merece.
Esta semana se estará dando información sobre el nuevo Cuerpo Técnico que asumirá las riendas del equipo, bajas y altas para la venidera campaña.
Armando Naranjo
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