El presidente de Uruguay, José Mujica, le pedirá al papa Francisco cuando lo reciba el 1 de junio en el Vaticano que interceda por la paz en Venezuela, como ya anunció que haría para el caso de Colombia, afirmó hoy el mandatario en una entrevista con Efe.
«Todo lo que sea paz hay que favorecerlo (…) No hay causa ecuménica más importante que la paz hoy», indicó el gobernante en su residencia presidencial, una austera chacra (finca rural) a las afueras de Montevideo.
Mujica, un exguerrillero que el lunes cumplirá 78 años y que pasó catorce en la cárcel, la mayoría durante la dictadura (1973-1985), reiteró que no es creyente pero que tiene un gran «respeto político» por la Iglesia católica y su posible papel en la región, sobre todo ahora que el sumo pontífice, Jorge Mario Bergoglio, es argentino. «La Iglesia ha hecho un reconocimiento por fin a lo que significa América Latina y puede ser una oportunidad importante», se congratuló.
Consultado sobre el motivo de su visita al papa, que sorprende por el carácter laico de Uruguay, el ateismo declarado de Mujica y sus leyes de legalización del aborto, la marihuana y el matrimonio homosexual, el gobernante explicó que la razón central es «la lucha por la paz en Colombia», que «lleva más de medio siglo» en guerra.
«Colombia no es laica», sino, «como todo el Caribe, profundamente católica» y «la Iglesia católica puede tener una influencia militante en la masa del pueblo colombiano en una oportunidad que a uno le hace pensar que ahora o nunca», detalló.
Según Mujica, «ese proceso hay que tratar de apuntalarlo y ayudar todo lo que se pueda porque es una sociedad fracturada y está en la puerta de una negociación que es muy difícil», el diálogo de paz iniciado el año pasado en Cuba entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
También se mostró a favor de que Francisco medie por la paz en Venezuela, un país que «necesita tiempo, madurez», aunque también aclaró que la visión de lo que ahí pasa tiene que ver con que «el Caribe es explosivo». «El lenguaje que se usa y las cosas que se dicen, si uno las toma al pie de la letra… Dios me libre. Es para suicidarse. Son horribles. Pero lo tomo como una cuestión cultural», manifestó.
No obstante, consideró que «esos disparates no ayudan a tener armonía» entre el oficialismo y la oposición. Asimismo, si a él le pidieran mediar en el conflicto entre el presidente Nicolás Maduro y el líder opositor, Henrique Capriles, aseguró que lo haría: «Yo siempre medio, siempre trato de mediar y bajarle los decibeles».
En la entrevista con Efe, Mujica se defendió de las críticas que generó la gira que Maduro realizó la semana pasada por Uruguay, Argentina y Brasil (aliados en el Mercosur), considerada por algunos como una legitimación del ajustado triunfo del heredero de Hugo Chávez en los comicios del 14 de abril pasado.
«Nosotros tuvimos representantes en ese proceso electoral de enorme responsabilidad, algunos que son de la Corte Electoral uruguaya, y a nosotros no nos informaron de las cosas que dice la oposición», aseguró.
No obstante, explicó también que «la realidad geopolítica va mucho más allá que la política» y «nunca se debe cometer el error de confundir un régimen con una nación». «El régimen puede pasar y la nación queda, es mucho más permanente», y «con Venezuela no tenemos una amistad solo eventualmente de carácter ideológico, tenemos una amistad somática, pertenecemos a una nación que está por construirse», matizó Mujica en alusión a la integración latinoamericana. EFE