Simón Bolívar no era un chulo

Se juramentó el pasado 19 de abril Nicolás Maduro como Presidente de Venezuela, aunque con sobradas razones la oposición impugna su victoria en las elecciones del 14-A. Una cohorte de Jefes de Estado de Latinoamérica asistió al acto en la Asamblea Nacional para avalar con su asistencia la cuestionada legitimidad del nuevo Presidente, entre ellos Cristina Fernández de Kirchner.

Destacamos la presencia de la presidenta de Argentina porque hace 3 años, el 19 de abril de 2010, a ella la escogió el presidente Chávez como oradora para pronunciar el Discurso de Orden en la AN con motivo de celebrarse el Bicentenario de la Independencia.

Más que señalar nuestro rechazo a que en esa fecha patria un extranjero tomara la tribuna como orador, nos interesa cuestionar y desenmascarar el punto central del discurso.

Aunque comenzó con una frase de cortesía: “Quiero agradecer este inmerecido privilegio de hablar aquí”, la mandataria argentina no reparó en la solemnidad de aquella fecha para los venezolanos; así, no mencionó los hechos acaecidos en la ciudad de Caracas 2 siglos atrás y menos su significado.

Su perorata estuvo condicionada por los intereses de su nación. El gobierno argentino es deudor de varios miles millones de dólares a Venezuela, amén de otros regalos recibidos como la famosa valija con 800 mil dólares. Eso explica el tono de adulancia y el juego de manos para ubicarse en el presente, ensalzándose a sí misma y a los otros camaradas del “Club de Chulos”, presidido por los hermanos Castro, como unos nuevos Libertadores de América Latina. Asemejándolos con Simón Bolívar y San Martín, dijo:

«Los pueblos de América del Sur se encuentran en este bicentenario ante una nueva etapa, que yo denomino una segunda Independencia»

Y al preguntarse la presidenta “¿Por qué segunda Independencia?” responde con una frase disparatada: «por algo que propiciaron aquellos hombres de 1810, que fue lograr la unidad latinoamericana como un objetivo fundante para la liberación de nuestros pueblos».

Obviamente, la mandataria ignora que los acontecimientos independentistas del 19 de abril de 1810 estuvieron fuertemente influidos por la invasión de Napoleón a España y no por deseos de unidad latinoamericana.

En algo estamos de acuerdo con la presidenta Cristina Kirchner, en que fue un “inmerecido privilegio” que hablase en la AN el 19 de abril de 2010.

Baldomero Vásquez

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