A tres años de haber perdido sus viviendas y ser reubicados en el refugio Núcleo Endógeno Fabricio Ojeda, ubicado en Catia, damnificados decidieron bloquear la Av. Bolívar a la altura del Museo Cruz-Diez en pleno centro de Caracas, en reclamo a las casas que les fueron prometidas a 300 familias por el Gobierno, que según los manifestantes están siendo asignadas a funcionarios públicos y militares de alta jerarquía.
“Somos chavistas y estamos apoyando la revolución, pero desde que el presidente fallecido Hugo Chávez Frías anunció en el año 2010 que en dicho lugar se estarían construyendo un conjunto de proyectos habitacionales, destinados a las personas que perdieron sus viviendas a consecuencias de las lluvias, el compromiso por parte de sus colaboradores sigue sin ejecutarse”.
Así lo informó, Gladys María Pérez, quien explicó que esta afirmación es con relación a las desatenciones por parte del “padrino” del albergue Freddy Rojas –funcionario de PDVSA-, el cual fue designado para velar por las necesidades de sus albergados e “informarnos sobre los avances de la obra y para mejorar las condiciones del refugio, pero sólo se ocupa de nosotros cuando le da la gana”.
Agregó que en vista de la apatía y la falta de compromiso de este funcionario, una comisión de al menos 20 damnificados acudió al complejo y se percató, a través de un papel, que los apartamentos estaban siendo asignados a trabajadores de la administración pública.
Ante lo que comprobaron, la indignación se apoderó de ellos y trancaron la referida avenida desde las 9:00 am, impidiendo la libre circulación, alegando que desde el año 2010 fueron declarados como damnificados y hasta la fecha ni siquiera han sido censados para la entrega de sus casas.
Manifestación y trifulca
Poco después de las 11:00 de la mañana acudieron los primeros efectivos antimotines de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), quienes ordenaron despejar la vía, pero los ánimos se caldearon cuando no acataron el llamado. En consecuencias, los oficiales reprimieron la protesta a fuerza de maltratos, golpes y empujones, mientras que los manifestantes se oponían, por lo que varios de ellos resultaron lesionados. No obstante, amenazaron con radicalizar sus acciones de calle en las próximas días.
“No más pañitos de agua tibia, queremos nuestras casas”, era uno de los tantos mensajes de las pancartas y afiches que presentaban los damnificados durante la manifestación. No obstante, mientras estaban siendo rodeados por los funcionarios, vociferaban “supuestamente somos prioridad pero los organismos a cargo de atender este problema se pelotean las responsabilidades”.
Posibles promesas
Después de tres horas, al lugar de la manifestación se apersonaron representantes del Ministerio de Hábitat y Vivienda, quienes sostuvieron una reunión con los manifestantes dentro del complejo habitacional, donde determinaron rehacer un nuevo censo con el propósito que le sea adjudicada lo más pronto posible su vivienda.
De acuerdo a lo hablado durante la reunión, el representante encargado por parte del ministerio, Edwin Navarro, destacó que el Gobierno no dejará de entregar viviendas hasta que todos los damnificados y aquellos que viven en alto riesgo tengan una casa propia dónde habitar, por lo que desestimó la actitud de algunos de ellos en denunciar algunas irregularidades que supuestamente han presentando sin ninguna prueba al respecto.
“Queremos casas”
Gladys Pérez , refugiada
“Estamos cansados de falsa promesas, queremos una ayuda habitacional”.
María Colina, damnificada
“Estamos cansado de vivir en un lugar donde las condiciones son pésimas”.
Alexandra Mata, refugiada
“Hasta cuando falsas ilusiones queremos una estar alejados de la insalubridad”.
Mairy Chourio
mchourio@diariolavoz.net
@mairychourio
FOTOGRAFÍAS: Jaime Manrique