Los especialistas abrieron dos pequeños ojales a los lados del útero de Mercedes, justo en el lugar donde se localizaron sus ovarios, y guardaron en su interior una porción del tejido ovárico
Una mujer de 32 años, llamada Mercedes, ha sido madre a pesar de que hace 10 años le fueron extirpados los dos ovarios a consecuencia de una tumoración abdominal benigna que se los inutilizó. Los médicos, no obstante, pudieron obtener entonces una porcion de tejido ovárico, con sus propios oocitos insertados, que guardaron crioconservados, en congelación, con el fin de que Mercedes tuviera la opción de intentar un embarazo a lo largo de su vida. El proceso de congelación del tejido ovárico y el posterior reimplante los ha dirigido el doctor Justo Callejo, responsable de Gnecología y Obstetrícia en el Hospital de Sant Joan de Déu, de Esplugues.
Hace dos años, la mujer solicitó a los médicos intentar una gestación con los oocitos que permanecían congelados. Los especialistas abrieron dos pequeños ojales a los lados del útero de Mercedes, justo en el lugar donde se localizaron sus ovarios, y guardaron en su interior una porción del tejido ovárico. Para incentivar el objetivo de su intervención, elaboraron factores de crecimiento sanguíneo con la sangre de la propia paciente, y se le inyectaron. “Nunca se habían utilizado en el mundo factores de crecimiento sanguíneo, de la propia paciente, en un tratamiento de este tipo –ha explicado el doctor Calleja, acompañado de Mercedes y de su hijo–. El hecho es que funcionaron de maravilla”. Pocos meses después, la mujer recuperó la turgencia mamaria y tuvo su primera menstruación espontánea tras la pérdida de los ovarios.
Esto permitió promover en probeta un embrión, con espermatozoide de su marido. El embrión le fue implantado en el útero y nueve meses después, en julio del 2012, nació Lucas, su hijo.
Agencias