Para evitar un daño irreversible en el organismo es conveniente llevar una dieta balanceada y evitar el sedentarismo
El colesterol y los triglicéridos son comúnmente considerados iguales por la mayoría de la población, afirmación que no es cierta debido a que lo único que tienen en común es que son ácidos grasos que implican un alto riesgo en enfermedades cardiovasculares.
El colesterol es una sustancia que pertenece a la familia de los lípidos o grasas que tiene múltiples funciones. Por su parte los triglicéridos están formados por una molécula llamada glicerol y tres ácidos grasos que pueden ser de diferentes tipos, saturados, insaturados y fosfolípidos estos últimos sirven como fuente de energía.
La elevación de los lípidos en la sangre se llama dislipidemia, patología que no genera ningún síntoma y trae como consecuencia inflamación y oxidación de la pared de las arterias lo que origina la aterosclerosis, infartos e ictus (accidentes cerebrovasculares).
Este aumento desmesurado puede ser provocado por una dieta con elevada cantidad de calorías, alta en grasas saturadas y en carbohidratos. Estas causas a su vez están asociadas con la obesidad abdominal y la resistencia insulinica.
Para evitar un daño irreversible en el organismo es conveniente llevar una dieta balanceada y evitar el sedentarismo. Vale la pena resaltar que las enfermedades de origen cardiovascular son la primera causa de muerte en el mundo. Para el año 2004, la Organización Mundial de la Salud señaló que la cantidad de defunción por las enfermedades cardiovasculares (ECV) fue de aproximadamente 17.3 millones de personas, lo cual representa un 30 % de todas las muertes registradas.
Como tratamiento farmacológico a la elevación del colesterol y los triglicéridos están a la disposición las estatinas y el omega 3. Las estatinas son medicamentos que disminuyen efectiva y potentemente al colesterol además de mejorar la salud de las paredes de las arterias, desinflamándolas, reduciendo la oxidación y mejorando su rigidez.