Mónica Fernández: Feminicidio, ¿más represión o prevención?

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Anunciaba la ciudadana Fiscal General de la República, en su cuenta Twitter, que haría una solicitud histórica en Venezuela. Por algún momento pensé que podría tratarse del aborto, la eutanasia o la igualdad absoluta de la diversidad de género en materia de derechos civiles. Por el contrario, se trataba de solicitar que fuera incluido el feminicidio como un tipo penal en la Ley Orgánica sobre el Derecho de las mujeres a una vida libre de violencia. Toda esperanza sobre algo histórico y moderno desapareció de la esfera de posibilidades.

Derechos Humanos no son sexistas

Mientras las sociedades modernas avanzan hacia la igualdad, en nuestro país seguimos generando espacios para la desigualdad abusando de la discriminación en “positivo” para dar respuesta a problemas sociales. Aunado a esto la despenalización de conductas es la muestra de la modernidad democrática de países de avanzada. La lucha por los derechos civiles y políticos de la mujer ha sido histórica y progresiva. Los espacios se han conquistado, pero ciertamente quedan luchas por la igualdad que generar, pero no solo para la mujer sino para los pobres, los excluídos por razones de género, los rechazados por la xenofobia y un sinfín de casos más que deberían ocupar nuestra atención.

Anuncia además la Fiscal General, que todos se declaran “feministas” incluyendo los miembros de la Asamblea Nacional. Mal comienzo para una iniciativa como esta, pues los Derechos Humanos no tienen que ver con proclamarse feministas o machistas, no es una cuestión sexista, menos aún de género.

Estado represivo y sin prevención

Hay muchas cosas que decir sobre este anuncio. Una de ellas es el empeño permanente de nuestras equivocadas instituciones de creer que todo se soluciona con el incremento de penas y con la creación de nuevos tipos delictivos, es decir nuevos delitos.

Uno de los errores permanentes es pretender que sea la ley penal la que solucione problemas culturales y sociales, estamos en presencia de la inflación penal o el derecho penal máximo. Significa esto que el Estado crea nuevas conductas delictivas, de manera constante, ante su ineficiencia para prevenirlas. Se evidencia la inexistencia de política criminal coherente y de largo plazo que nos permita ver cuál es la orientación de las políticas públicas en los distintos niveles de gobierno.

Seguimos observando un Estado represivo, sin prevención como alternativa para evitar la proliferación de hechos punibles. Visualizo además de las dos observaciones anteriores, una tercera: ¿Cuáles son las cifras reales de muerte de mujeres en manos de sus parejas o de hombres, por razones de género? Comparemos con casos crudos, de realidades abrumadoras como México donde entre 2007 y 2009, casi 5 mil mujeres fueron asesinadas por razones de género, pero no muestra nuestra Fiscalía General data dura que nos demuestre que es necesario e imprescindible deslindar el tipo de homicidio, como delito contra la vida, para crear un nuevo delito de protección a la mujer más allá de los más de 19 tipos delictivos que ya contiene una expansiva ley especial de protección a la mujer, cuyos efectos más que efectivos han sido efectistas. Quizá pudiéramos preguntarnos ¿Qué falló en el caso del boxeador “El Inca Valero” que sistemáticamente cometía actos de violencia contra su pareja, hasta que finalmente la asesina, quitándose luego la vida? ¿Será que con la existencia del delito de feminicidio se hubiese evitado ese crimen. La realidad indica que falló el sistema de justicia que fue complaciente ante una persona pública y que no tomó medidas de fondo para ayudar a la víctima sacándola del ciclo perverso de la violencia.

Se incrementan penas al estilo de la ultraderecha

Otra pregunta importante de responder sería ¿Qué se está aspirando al proponer el delito de feminicidio? ¿Disminuir los homicidios de mujeres? La realidad y la estadística demuestra que la mayor cantidad de homicidios son en hombres jóvenes entre 15 y 25 años y por inseguridad, en el 90% hechos con armas de fuego, quizá la fiscal conoce otra cifra que no manejamos, pero que sería no sólo importante, sino imprescindible dar a conocer por un aspecto inclusive de motivación jurídica de origen, razón, objetivos y metas de lo que se planteó con la solicitud.

También le preguntaría a la Fiscal General de la República ¿cuál es en su opinión la finalidad de la pena en Venezuela, es decir para que se sanciona privando de su libertad a un sujeto? Porque de sus declaraciones y del contenido de la propuesta difundida ante los medios, pareciera ofrecer un delito que sirva de escarmiento o advertencia a los hombres, quizá pretendiendo con ello cambiar la cultura machista propia de nuestro país.

Venezuela tiene un Código Penal represivo y por demás obsoleto, reformado en más de cuatro oportunidades dentro del mismo período político, paradójicamente incrementando penas y generando más conductas delictivas, acciones propias de la ultraderecha y no del proclamado socialismo y sin duda la coherencia entre la filosófica política y la finalidad de las penas debería estar bajo el mismo paraguas.

Impunidad más alta de Latinoamérica

Surge también la duda sobre el tiempo del anuncio en medio de noticias políticas perturbadoras y de crecientes problemas sociales, se tratará de un anuncio que busca desviar la atención o de una preocupación sincera por la muerte de mujeres en manos de hombres, ante una cifra, que insisto, desconocemos. Lamentablemente, está demostrado que los incrementos de las penas no acaban con el delito, por el contrario afianzan al delincuente en actitud retadora frente a la norma, favorecen la impunidad y en consecuencia producen gran frustración social. Sería muy importante pensar en lo valioso que resultaría dar respuesta a los homicidios que se comenten a diario en nuestro país para acabar con la impunidad, antes que generar nuevos delitos que no tienen efecto alguno y que no modificarán el fondo de las conductas que culturalmente sí constituyen una violación de los derechos de la mujer.

El derecho a la vida es inviolable sea quien sea la víctima, para ello existe una sanción penal, lo relevante es que se aplique y se juzgue de manera oportuna al victimario. De resto lo único histórico no será que tenemos un nuevo delito, sino que seguimos con la impunidad más alta de Latinoamérica.

TIPS PARA QUE TE DEFIENDAS

1.-La educación es la clave para revertir las conductas machistas y sexistas que existen como marcada cultura en Venezuela. Una educación basada en la igualdad, en el respeto al otro por el sólo hecho de ser persona sería el inicio imprescindible de una nueva sociedad.

2.-Incluir en todos los espacios ejemplos, modelos, programas, y acciones que promuevan el respeto a la mujer no por ser un sexo débil como se ha pretendido, sino por ser humana, exactamente igual que el hombre.

3.-Es impostergable evitar la prostitución de la Ley Orgánica sobre el Derecho a las mujeres a una vida libre de Violencia permitiendo que se utilice en cualquier contexto y cualquier circunstancia, al punto de haberse convertido, en muchas oportunidades, en una ley para la manipulación y la venganza, abarrotando a los tribunales de procesos penales sin contenido y sin futuro judicial.

4.-La prevención es la clave del control de la criminalidad, sólo desarrollando, exigiendo y ejecutando planes de prevención especial anterior podemos lograr disminuir hechos delictivos, más aún aquellos que tienen que ver con factores sociales y culturales, como los que surgen de la discriminación de género.

Mónica Fernández | Twitter: @monifernandez

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