Nuevas investigaciones ponen en tela de duda las orientaciones médicas que indican que las personas con un marcapasos implantado deben evitar los deportes intensos como el baloncesto y el fútbol, y dedicarse mejor al golf o a bolear.
Muchos pacientes hacen caso omiso a ese consejo y se mantienen activos, y las conclusiones dadas a conocer el lunes indican que el ejercicio vigoroso pudiera resultar seguro para muchas de esas personas.
Un estudio de 372 personas que se mantuvieron practicando deportes competitivos después de implantárseles un desfibrilador para contrarrestar las peligrosas arritmias, concluyó que el dispositivo funcionó apropiadamente a pesar del esfuerzo físico.
«Es una buena guía para muchos deportes y debe asegurar que muchas personas sí pueden practicarlos», dijo el doctor Gordon Tomaselli, expresidente de la Asociación del Corazón de Estados Unidos, quien no participó en el estudio y que advirtió que todavía quedan interrogantes por responder.
En Estados Unidos se implantan más de 100.000 marcapasos todos los años, dispositivos que detectan cuando ocurre una arritmia y le da un choque eléctrico al corazón para que recupere su ritmo normal.
AP