A las tres de la tarde es cuando suele haber menos gente en los supermercados de Caracas. Pero a esas horas, si lo que se busca es papel de baño, azúcar o harina, la respuesta de los empleados suele ser tajante: «Se acabó».
Ver personas por las calles con bolsas llenas sólo con papel higiénico recién comprado y al entrar comprobar que no queda, deja claro que no es que no haya, sino que conseguirlos es fruto de una ardua peregrinación de establecimiento en establecimiento.
Otra estrategia habitual es darles una propina a los empleados para que avisen por SMS una vez llegan los productos más buscados. También hay personas que, como Dalia Correa, ama de casa de 66 años, tienen suerte o la fuerzan.
Correa consiguió nueve rollos por casualidad, o no tanto. Le contó a BBC Mundo que el jueves pasado fue a pagar la cuenta telefónica a un centro comercial y, como siempre anda a la caza de lo que más escasea (papel, harina o margarina), se acercó a uno de los supermercados de una de las cadenas del Estado y allí estaba: nueve rollos por menos de 40 bolívares (unos US$6 al cambio oficial).
Y con tan sólo diez minutos de fila para pasar por caja, se puede llegar a tener que esperar una hora. La mujer dijo que se arrepintió de no ir acompañada, se podría haber llevado más, porque sí, los racionan.
No importaba que ya tuviera. Las amas de casa venezolanas, cada vez que se topan con uno de los productos que saben que tal vez no vaya a haber el día que de verdad los necesiten, simplemente compran.
Esta estrategia «preventiva» es lo que se ha dado en llamar «compras nerviosas» y en el caso del papel de baño ha llevado al gobierno a reforzar la oferta importando 39 millones de rollos más.
¿Por qué?
Muchos venezolanos se preguntan cómo es posible que esto esté pasando un país que se autorreconoce rico y cuenta con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro habla de acaparadores y especuladores, así como de empresarios afines a la oposición que le han declarado una «guerra económica».
También reconoce que las compras nerviosas llevan a la «sobredemanda», como dijo el ministro de Comercio, Alejandro Fleming, quien calcula que a los 125 millones de rollos de papel higiénico que consumen al mes los venezolanos hay que sumarles unos «40 millones adicionales».
El economista Ángel García Banchs, profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), dice que esas «compras nerviosas» se deben a la desconfianza en la situación del «jefe de hogar que quiere cuidar a su familia».
Pero García Banchs va más allá y explica la situación apuntando a los controles de precios y de cambio de divisas como la causa de la escasez recurrente de determinados bienes.
Los controles de precios «hacen que muchos empresarios no estén estimulados a producir», incluso aunque acudan al «subsidio cruzado» al tratar de «compensar las pérdidas en los productos con precio regulado con ganancias en otros rubros», afirma García Banchs.
BBC Mundo