MOSCU. Las disputas entre Rusia y Occidente sobre la potencial entrega de armas a los rebeldes en Siria ensombreció el martes las perspectivas de las conversaciones de paz, que también se vieron afectadas por las diferencias existentes entre los enemigos políticos del presidente Bashar el Asad.
Mientras los países occidentales debaten qué acciones deberían tomar sobre Siria, si es que toman alguna, los principales aliados de Asad – Rusia, Irán y el grupo libanés chií Hezbolá – han estado cerrando filas entorno suyo.
Rusia, que ha protegido a Asad diplomáticamente desde que el levantamiento sirio surgió en marzo de 2011, dijo que suministraría con un sistema de defensa aérea S-300 a Damasco pese a las objeciones de Estados Unidos, Francia e Israel, argumentando que ayudaría a impedir una intervención en el conflicto.
Moscú también acusó a la Unión Europea de «arrojar combustible al fuego» y de dañar directamente las posibilidades de convocar a una conferencia de paz al dejar que expire su propio embargo de armas sobre Siria.
Francia y Reino Unido, las principales potencias militares de la UE y los mayores defensores de abandonar el embargo, dijeron que aún no habían decidido armar a los rebeldes sirios, pero que no tendrán que retrasar una acción de ese tipo hasta la próxima reunión de ministros del bloque el 1 de agosto.
«Pensamos que esta entrega es un factor estabilizador», dijo el viceministro de Asunto Exteriores ruso, Sergei Ryabkov.
El sistema S-300 puede interceptar aviones tripulados y misiles dirigidos y su entrega podría mejorar las posibilidades de Asad de retener el poder. Países occidentales critican esos envíos de armas en los mismos términos en que Moscú rechaza la entrega de armamento a los rebeldes.
El ministro de Defensa de Israel dijo que los sistemas de defensa aérea de misiles aún no habían dejado Rusia, pero insinuó una acción militar si fueran entregados.
«Espero que no salgan y si, Dios no lo permita, llegaran a Siria, sabremos qué hacer», dijo Moshe Yaalon.
A pesar de sus diferencias, Estados Unidos y Rusia están tratando de convocar a una conferencia internacional el mes próximo para poner fin al conflicto de 26 meses, el cual ha provocado la muerte de más de 80.000 personas y amenaza con avivar las confrontaciones en Oriente Próximo.
Pero los opositores siguen negándose a que Asad tenga algún papel en cualquier transición política y el principal grupo opositor, con respaldo occidental, ni siquiera confirmó si asistirá a la reunión
La conferencia para intentar poner fin a los dos años de cruento conflicto en Siria podría realizarse el fin de semana del 15 y el 16 de junio en Ginebra, según fuentes diplomáticas.
La idea de llevar a cabo una conferencia surgió este mes de un encuentro entre el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y su homólogo ruso, Sergei Lavrov. El responsable ruso había dicho el lunes que realizar el encuentro sería «no sería fácil» pero que veía algunas posibilidades de éxito.
Agencias