En su primera reacción oficial a la conferencia de Ginebra que es preparada por Estados Unidos y Rusia, la coalición opositora adoptó una declaración en la que pide «garantías internacionales vinculantes» para cualquier resolución del conflicto
ESTAMBUL. La oposición en Siria dijo el miércoles que solo participaría de las programadas conversaciones internacionales de paz si se establece una fecha límite para un acuerdo que obligue al presidente Bashar el Asad a abandonar el poder.
En su primera reacción oficial a la conferencia de Ginebra que es preparada por Estados Unidos y Rusia, la coalición opositora adoptó una declaración en la que pide «garantías internacionales vinculantes» para cualquier resolución del conflicto en Siria.
El comunicado, emitido tras siete días de reuniones marcadas por disputas internas, demandó «la retirada del líder del régimen y los comandos de seguridad y milicias».
Las negociaciones estuvieron plagadas por el desacuerdo al interior de la coalición sobre la idea de expandir su membresía e incorporar un nuevo liderazgo. La falta de unidad ha amenazado con quitar el respaldo internacional a la alianza dominada por islamistas.
Hasta el momento, la coalición no ha podido acordar una mayor participación de un bloque opositor liberal, lo que ha generado consternación en Occidente y algunos árabes que pretenden reducir la influencia islamista.
Más pruebas de disentimiento entre los rebeldes surgieron el miércoles cuando grupos opositores en Siria criticaron a sus homólgos en el exilio por minar la rebelión y carecer de legitimidad.
Afectado por el «continuo desacuerdo», cuatro importantes grupos de oposición en Siria desestimaron en un comunicado la reunión en Estambul como un «débil intento por sumar personas (…) que no tienen impacto real sobre la revolución» y dijo que al menos la mitad de los organismos líderes de la coalición deben estar integrados por «fuerzas revolucionarias».
En lo que llamó una «advertencia final» a la coalición dominada por islamistas, el comunicado, emitido en nombre del Movimiento Revolucionario en Siria, dijo que no podía «otorgar legitimidad a cualquier cuerpo político que mine la revolución».
El fracaso de la coalición para acordar incluso la estructura básica de su membresía es un mal augurio para una postura unificada en las conversaciones de paz, que buscan acordar un Gobierno de transición y poner fin a un conflicto de dos años que dejó más de 80.000 muertos.
• «DESALENTADORA
COMPRENSIÓN»
«Hay una desalentadora comprensión de que la oposición debe poder actuar junta antes de Ginebra, de otra manera el equipo de Asad sacará ventaja», dijo una fuente de la coalición opositora en las conversaciones en Estambul.
Diplomáticos dicen que las conversaciones de Ginebra, a las que el Gobierno de Asad ha acordado en principio asistir, podrían celebrarse a mediados de junio, pero la oposición aún debe expresar su compromiso a participar y responsables en Oriente Próximo dicen que serán aplazadas a julio.
«Turquía no está esperando que la conferencia ocurra antes de finales de junio debido a que grupos de la oposición deben decidir si quieren asistir. Esto podría llevar algún tiempo», dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores turco, Levent Gumrukcu.
Mientras la coalición de 60 miembros discute las propuestas respaldadas por Occidente para diluir su dominación islamista, las fuerzas de Asad realizaron una feroz contraofensiva en el terreno.
Respaldado por su aliado Hezbolá, cuyo apoyo contrasta con las preocupaciones de Occidente de armar a una fuerza rebelde que incluye a brigadas vinculadas a Al Qaeda, el Ejército de Asad está luchando para desplazar a los rebeldes de un bastión sobre la frontera libanesa.
Sus soldados ya han expulsado a los rebeldes en la provincia sureña de Derá y retomado algunas áreas al este de Damasco, consolidando su control desde la capital hacia los corazones costeros de su minoritaria secta alauí.
La televisión estatal siria dijo que las fuerzas del Gobierno habían capturado una base aérea cercana a la ciudad de Qusair el miércoles.
Rusia, que ha protegido a Asad diplomáticamente desde que el levantamiento sirio comenzó en marzo de 2011, dice que entregará a Siria un sistema de defensa de misiles S-300 a pesar de las objeciones francesas y estadounidenses, diciendo que impedirá una intervención extranjera.
En Ginebra, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU votó para pedir a Siria que detenga sus ataques ilegales contra civiles en Quasir, controlada por rebeldes, pero la resolución remarcó las profundas divisiones que existen entre las potencias en torno al diálogo de paz.
Agencias