Un tercer cuarto de lujo puso a punto al Miami Heat en su difícil serie ante los Indiana Pacers
La habilidad y espectacularidad ofensiva de jugadores como LeBron James -incrementada por el aporte de no pocos de sus compañeros- , y la «oscuridad» que para ciertos observadores impide apreciar en toda su valía los recursos defensivos, suele calificar a los Heat de Miami como un equipo ganador consecuente por ese ataque arrollador. Que lo tiene, sin dudas.
Por ello es conveniente destacar que, asimismo, los campeones 2011-12 de la NBA poseen una capacidad defensiva por encima del promedio. La condición atlética de varias de sus individualidades, y la aplicación general a la táctica, les han conducido a buen número de victorias, haciendo valedero aquello tantas veces postergado de que, cuando hay buena marca y de manera sostenida, las fases de irregularidad ofensiva (no extrañas pues «el contrario también juega») suponen menos daño.
Una muestra fue el juego del jueves, que Miami ganó a Indiana 90-79 para poner a punto de mate (3-2) la final del Este. Durante toda la primera mitad (40-44), estuvo luchando con la adversidad en los tiros, al punto de lanzar por debajo de 35%, a pesar de lo cual se mantuvo «dentro del partido», sin poder alcanzar pero asimismo sin que el adversario escapase en las cifras. Pero eran los Pacers quienes mandaban en la cancha, especialmente de la mano de Paul George (un LeBron en desarrollo) y el gigante Hibbert.
Al regresar del vestuario (y como suelen hacerlo, midiendo faltas y energía), los Heat desplegaron lo mejor de su defensa, que ya era importante. Velocidad en los desplazamientos, coordinación en ayudas y coberturas, rápidas «trampas» al abrirse cualquier posibilidad y un casi permanente 2-1 contra Hibbert. Al coincidir ello con la vuelta de la ofensiva a su nivel, el siguiente parcial registró un cambio de poder reflejado en cifras de 30-13 que le dieron otra faz al encuentro. Entonces lanzaron para 63%.
Allí -cómo no iba a ser de esa manera- gravitó decisivamente LeBron James. No solo por ser, con su actitud, inspirador de la agresividad defensiva y el contragolpe fulminante, sino por una producción que llegó a 16 puntos, de los 30 que firmaría. Con un factor «X», en este caso Udonis Haslem, que se haría fuerte a media distancia, sin retar los tapones de Hibbert pero certero desde el lado izquierdo: luego de fallar su primer tiro metió 8 seguidos, el último de ellos sellando el partido en el cuarto postrero.
Si en rebotes y puntos en la pintura los números apenas mostraron 1 de diferencia -en favor de Indiana-, el ataque de MIami sumó 19 asistencias (por 11). Y su defensa generó la mayoría de las 17 pérdidas (por 11), determinantes en la caida de los Pacers. Que bregaron hasta el final y hasta dominaron los parciales del cuarto final (22-20), pero ya el daño se había consumado. En el global, Miami lanzó para 50.7 % (por 44.9), nivelados en triples y superado en libres (58.3 por 80). James (30, 8 rebotes y 6 asistencias), Haslem (16), Wade (10) y Chalmers (12, luciendo sus penetraciones en la primera mitad, cuando las cosas andaban mal) duplicaron por los ganadores, George (27-11-5, Hibbert (22-6) y West (17-8) por los derrotados.
Hoy volverán a Indiana para el sexto partido. Los Pacers contra la pared, los Heat con la tranquilidad de una reserva (el posible séptimo en Miami) y el respaldo histórico del 85% de triunfos, en estos bretes, del equipo que ha ganado el quinto partido. Van ante un rival que ha mostrado excelente defensa…pero de eso ellos también saben.
Armando Naranjo
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