En menos de una década la empresa de Benbunan llamada Mobile Dreams Factory, con sede en Madrid, ha ganado 17 premios de la Mobile Marketing Association, el Oscar de la publicidad para teléfonos celulares; un León de Oro en el Festival de Cannes; dos IAB (Interactive Advertising Bureau) y un Eurobest. Su negocio consiste en diseñar anuncios interactivos para smartphones. Ahora parece algo habitual, pero en 2004 lo más avanzado en animación para celulares era Snake, el juego de una serpiente que traían los teléfonos de Nokia.
«Fue como vender helados en el Polo Norte, buscábamos conectar las marcas con los consumidores finales a través del celular. Nos metimos en un mercado que iba a crecer pero nunca pensamos que iba a crecer tan rápido, nuestros cálculos eran para el 2020 no para cinco años después», le dice a medios el empresario.
Su última producción, Colorea Madrid, inspirada en la final de la Copa del Rey entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid, es un juego que conecta a los usuarios a un geolocalizador para ir conquistando un mapa virtual de la ciudad con los colores de uno u otro equipo, según las respuestas enviadas por los smartphones.
«Con la crisis las marcas tratan de medir mucho más su impacto, quieren estar seguros de que el dinero que invierten en publicidad conecta con sus clientes. En ese sentido el celular es el medio ideal porque está todo el tiempo con nosotros y además se puede medir», explica Benbunan. Este concepto lo ha tenido que repetir en numerosas empresas como si fuera un evangelizador.
«Cuando llegué a Nueva York en 2008, para abrir nuestra primera oficina, España era mucho más avanzada en el mobile marketing. Recuerdo que cuando le expuse el concepto a un vicepresidente de una empresa importante me dijo que ya lo conocían, que lo estaban aplicando en una campaña de anuncios en autobuses y taxis», detalla el experto.
«No sabía de qué le estaba hablando. Confundía ‘mobile’ con campañas en movimiento y yo le estaba hablando de campañas de publicidad a través de celulares».
Velocidad del inmigrante
De origen judío, Benbunan es el último eslabón de una familia migrante y emprendedora que comenzó su camino en el protectorado español de Tetuán (hoy Marruecos) para luego emigrar a Venezuela y de allí a España.
«Mis padres llegaron a Venezuela con una mano adelante y otra atrás pero nunca nos faltó nada. El inmigrante va a otra velocidad, tiene la necesidad de integrarse a la sociedad que llega, de apostarlo todo. El que lleva treinta años en el mismo lugar no tiene la necesidad de beberse un Red Bull (bebida energizante) y agarrar tres trabajos a la vez», detalla mientras enseña una pulsera digital que le indica cómo ha dormido la noche anterior. «Apenas duermo», sonríe. Cuando llegó a Madrid en el 2001 ya había fundado siete compañías en Venezuela.
A pesar de la crisis económica que atraviesa España se siente afortunado: su empresa ha pasado de 34 a 82 empleados en dos años, muchos de ellos programadores, diseñadores, publicistas o especialistas en marketing.
«Me gusta ver las crisis y los fracasos como los mejores momentos para aprender y crecer. Mis primeras empresas las fundé de los 18 a los 25 años. Una quebró, otra la vendí, tenía una con un socio pero nos separamos y con la última empresa, Flores Telecom, perdí todo mi dinero, salí deprimido como si terminara un noviazgo. Sin embargo creo que el fracaso es un activo. Soy judío y mi leit motiv es plantearme retos», afirma.
América Latina
Benbunan es mentor en las incubadoras de empresas de Telefónica, en Madrid y Barcelona. Hace lo propio en el Instituto de Empresas y en Mind the Bridge, de San Francisco (EE. UU).
En ellas no sólo compa.rte su experiencia y presta asesoría en mobile marketing, sino que intenta transmitir una actitud positiva a las nuevas generaciones.
«De esta crisis saldremos, tendremos que apretarnos el cinturón y demás pero el problema real es que más que una crisis económica es una crisis de confianza. Hemos perdido la confianza en los bancos, los líderes, los vecinos. Hay que regenerar esa confianza», aseveró Benbunan.
De momento no pierde de ojo a Latinoamérica. «México, Colombia y Brasil están como España en 2008 en mobile marketing, es un fenómeno que está a punto de estallar. En la práctica el internet de Latinomérica es el celular, la mayoría de la gente no tiene computadoras en sus casas. Se calcula que para este año Brasil tendrá más de 73 millones de usuarios de smartphones, el doble de toda España», apunta el experto.
De repente enseña en su propio teléfono un anuncio que diseñaron: La Caña (cerveza, en España) Perfecta. En él se ve al portero Iker Casillas -del Real Madrid- explicando cómo servir una cerveza sin que se desborde la espuma. Acto seguido el empresario toca la pantalla para llenar su propio vaso virtual.
«Me encanta trabajar pero también disfrutar. Una cosa que me enamoró de España es su reivindicación de trabajar para vivir y no vivir para trabajar. ¿Por qué al final quién es más feliz?», subraya.
Agencias