A fin de disuadir el consumo nocivo, los gobiernos deberían aplicar, en cambio, políticas en materia reglamentaria y de salud pública que no tengan carácter penal» dijo el director del organismo para América Latina, José Miguel Vivanco
La organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch pidió a los países de la OEA la despenalización del consumo de drogas y aplicar políticas de prevención que contribuyan a disuadir el uso de estupefacientes.
«Las políticas nacionales sobre control de drogas que prevén sanciones penales para el consumo personal de drogas atentan contra derechos humanos fundamentales. A fin de disuadir el consumo nocivo de drogas, los gobiernos deberían aplicar, en cambio, políticas en materia reglamentaria y de salud pública que no tengan carácter penal» dijo el director del organismo para América Latina, José Miguel Vivanco.
La sociedad civil del hemisferio, representada en diversas organizaciones ha manifestado su apoyo al debate de un cambio en el paradigma de la lucha contra las drogas que el hemisferio ha tenido en los últimos años.
La Asamblea de la Organización de los Estados Americanos (OEA) reúne a partir del martes a 28 cancilleres y jefes de delegación de los 34 países miembros para analizar la eficiencia de las políticas aplicadas en la región en los últimos 20 años en el combate al a las drogas.
«Los gobiernos deberían definir nuevas políticas que disminuyan los daños provocados por el consumo de drogas y, a la vez, reviertan la violencia y los abusos que han caracterizado las actuales políticas, «señaló.
En lo íntimo o por propia voluntad…
Para el director de la organización, «sostener que una persona por el solo hecho de probar o experimentar drogas en la intimidad de su hogar por su voluntad no se puede penalizar, mientras esto no afecte a terceros o a menores, esa persona no puede ser sancionada jurídicamente».
Carmen Rosa de León, del Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible, dijo el lunes en rueda de prensa que el debate debe incluir la atención integral y otros aspectos descuidados.
«Seguimos poniendo los muertos, cuando hablamos de despenalizar es hacer la separación de consumidores y narcotraficantes, no podemos tratarlos igual, se debe explorar las alternativas que han tenido otros países sobre por ejemplo el consumo del cannabis, así como lo ha hecho Estados Unidos», señaló.
El embajador de Uruguay ante la OEA, Milton Romani Gerner, dijo a The Associated Press que su país puede contribuir al diálogo que se ha tenido en este tema. «Creo que iniciar un debate y un diálogo político para repasar los proyectos alternativos, no hablo de modelos solo de proyectos. Estamos pidiendo revisar el actual esquema».
Expresó que hay países miembros de la OEA que se resisten poco o mucho a considerar otros escenarios posibles. «La gran virtud que tiene el informe sobre drogas presentado por la OEA rompe con el concepto de pensamiento único en drogas, no hay pensamiento único y si el día de mañana hay que revisar las zonas grises de las convenciones sobre el tema, habrá que hacerlo» dijo el Embajador.
GB pide ampliar el debate
Para Kate Smith, Directora para las Américas en la Oficina de Relaciones Exteriores y la Mancomunidad Británica no debe haber una despenalización. «Nosotros lo vemos desde un enfoque del tema de salud y desde ese ángulo también podemos tomar medidas para abordar el tema. El Reino Unido es un observador permanente de la OEA y creemos que tenemos mucho que aportar al respecto».
Para la diplomática este tipo de debates debe incluir las experiencias de otros países y cómo estos han abordado el tema. «Esperamos que este debate no quede solamente en el marco de la OEA sino, también se extienda hacia otros foros, como el de las Naciones Unidas» dijo Smith.
Sonia Pérez Díaz