Las instalaciones del recinto, ubicado en Ocumare del Tuy, presentan un avanzado estado de deterioro debido a la falta de mantenimiento por parte de la municipalidad
Lleno de monte, con varios asientos destruidos, sin baños para el público, sin aparatos de recreación para los niños y tomado por los indigentes se encuentra el parque ecológico “Teobaldo Alvarado”, ubicado al lado de la concha acústica de Ocumare del Tuy.
Es evidente la falta de mantenimiento en las áreas verdes, ya que las matas de ornamentación no presentan su mejor cara. La fuente, que en una oportunidad sirvió de atractivo para los visitantes, se ha convertido en un estanque de agua sucia.
“Los baños los tumbaron antes de diciembre con la promesa de volverlos a construir, pero no ha sido así”, dijo Irma García, obrera de la alcaldía de Lander, quien además recalcó que lo mismo ocurrió con los columpios, toboganes y otros aparatos de recreación infantil.
García recalcó que al lugar acuden pocas personas. “Esto lo tomaron los indigentes, quienes pernoctan, lavan, cocinan y hasta tienen relaciones sexuales a plena luz del día y ante la mirada de los que aquí trabajamos”.
Ni una cosa ni la otra…
García denunció que laboran con temor. Se sienten inseguros. La presencia policial es nula. Recordó que cuando el parque ecológico comenzó sus funciones contaba con una oficina donde el conservacionista Teobaldo Alvarado atendía a los estudiantes del municipio y de otras regiones del país. Luego, el espacio le fue asignado a Protección Civil Municipal “y ahora no funciona ni una cosa ni la otra. Cuando los estudiantes vienen a buscar al ecologista, éste los atiene a la intemperie”.
Reveló que la mencionada oficina ha sido desvalijada en varias oportunidades. La última vez los pillos se llevaron los uniformes de las obreras, una bombona de gas, varias herramientas y otros objetos de valor.
De parque a “hotel público”
El parque ecológico de Ocumare del Tuy dejó de ser un sitio de esparcimiento y recreación de la familia para convertirse en un “hotel público”. Contó García que los pocos visitantes que acuden a estas instalaciones son estudiantes y jóvenes, quienes generalmente mantienen relaciones sexuales en las cabañas del lugar.
MIP-TUY Agencia/Jean Carlos Rodríguez
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