Según conductores de las dos líneas de transporte público que prestan servicio en esta urbanización del municipio Zamora, los malhechores han tomado “de sopita” al sector, ya que han acostumbrado a delinquir todos los días y a toda hora dentro de las unidades, incluso desde que inicia la jornada a las 4:30 de la mañana. Exigen mayor vigilancia policial
El pasado martes, los pasajeros de una camioneta con dirección Caracas que partía desde la urbanización La Rosa perteneciente al municipio Zamora del estado Miranda, sufrieron uno de los mayores temores de los usuarios del transporte público, un asalto a mano armada.
Dos hombres y una mujer presuntamente embarazada, que ingresaron y se sentaron dispersos dentro de la unidad, dieron la voz de “esto es un atraco” a la altura del sector Care y obligaron al chofer a desviarse de la ruta y dirigirse al barrio Terrazas del Rodeo. Mientras que uno de los delictivos amenazaba con el arma, los otros dos despojaban de sus pertenecías a las víctimas, sólo “perdonando” a una pareja de ancianos.
Al llegar al destino indicado, los delincuentes se bajaron y adentraron por un callejón, aún el reloj no llegaba a las 5:00 de la mañana. La acción duró unos escasos 15 minutos y aunque nadie fue herido, marcó para siempre la vida de más de 30 personas.
“Quién puede sospechar que una muchacha preñada va a ser una chora, después de haber vivido eso puedo decir que lo he visto todo. La sociedad venezolana está en decadencia absoluta, eso lo sabe todo el mundo, pero siguen sin hacer nada”, se quejó uno de los afectados que prefirió reguardar su identidad por seguridad.
A diario
Según los choferes de las dos líneas que prestan servicio dentro de este complejo urbanístico de la ciudad de Guatire, situaciones como estas se repiten a diario, a todas hora e incluso varias veces al día. Siempre con el mismo modus openadi, ingresan a los autos por separo y pagan el pasaje, al llegar a la salida de las residencias, se levantan, gritan, exigen salirse de la ruta mientras cometen sus fechorías y se bajan “como si no pasara nada”.
Es por ello, que los conductores “no se explican” porque aún no han recibido auxilio de las autoridades, cuando estas situaciones son reiterativas y “conocidas por todos”. Sin embargo, hacen un llamado a los diferentes cuerpos de seguridad de los tres niveles de gobierno –alcaldía, gobernación y Gobierno Nacional- a fin de que resguarden la zona o implanten vigilancia permanente en los terminales.
“Deberían mandar para acá a unos guardias del Plan Patria Segura. Todo es cuestión de psicología, sin un militar se monta cada vez que va a arrancar un carro, el delincuente se asusta y se cohíbe de robar, pero por ahora sólo nos toca cruzar los dedos para que no seamos los elegidos en el próximo viaje”, relata un socio de la línea Conductores Unidos.
Campo de entrenamiento
Para Andry Medina, quien ha trabajado por más de 10 años como comerciante informal en las paradas de autobuses, el transporte de La Rosa se ha convertido en una especie de “campo de entrenamiento” para jóvenes que se inician como delincuentes, pues aseguró que muchos son menores de 20 años y se han registrado hecho en la que el arma es de juguete.
“Por lo que comenta la gente, se les ve asustado y nerviosos cuando roban, además siempre son unos muchachitos. Esta zona es también estratégica, porque piden que los dejen en lugares que son bocas de lobo, donde nadie se atrevería a perseguirlos, como la entrada de La Vinagrera”, relató.
La comunidad pide que las diferentes líneas establezcan sistemas de seguridad privado, dada la ausencia e “indiferencia” de las autoridades competentes.
Nadie denuncia
Según algunos pasajeros y choferes de las dos líneas de transporte público que operan en la Urbanización La Rosa, la frecuencia con la que son víctimas del hampa los ha hecho desechar la opción de denunciar los crímenes a fin de obtener respuestas. Además, consideran que a pesar de ello, la crítica situación es conocida por las autoridades y sin embargo, no hacen nada.
“Yo no creo que nadie se moleste en denunciar, al final de cuentas nunca se obtienen resultados con eso, sólo es perder el tiempo. Pero esta realidad no es ningún secreto, la policía sabe muy bien lo que pasa aquí, y aún así nunca se ve ni una sola patrulla”, comento Linda Gonzáles, usuaria.
“Trabajamos hasta temprano”
Las dos líneas que laboran dentro de la urbanización La Rosa, han reducido su horario de trabajo debido a la situación de inseguridad. Anteriormente, las camionetas que se dirigen hasta Guarenas y Guatire, laboraban hasta las 9:00 pm, pero actualmente quien carga pasajeros después de las 6:00 pm lo hace “bajo su propia responsabilidad”, pues los conductores aseguran que al caer la noche es cuando el sector se convierte en una zona roja.
Anabel Barrios Díaz
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