El exvicepresidente José Vicente Rangel aseguró este domingo que «venezolanos de la oposición» firmaron un contrato de compra de 18 aviones de guerra que serán llevados próximamente a una base militar de EE.UU. en Colombia.
El también exministro de Defensa y de Relaciones Exteriores durante el mandato del presidente Hugo Chávez, fallecido en marzo pasado tras 14 años de gestión, aseguró que los aviones llegarán a Colombia «a más tardar a principios del mes de noviembre de este año».
Los aviones fueron negociados el pasado 27 de mayo en la ciudad de San Antonio, Texas (EE.UU.), «entre ejecutivos de la industria de aviones de guerra y venezolanos de la oposición», y serán traslados a una base militar estadounidense «ubicada en Colombia y la cual tiene las coordenadas siguientes: P 11 grados, 25 minutos 31 segundos. M 72 grados, 7 minutos, 46 segundos», precisó Rangel.
Sin revelar la fuente de su aseveración, Rangel pidió «que la información no sea subestimada, dado el clima que actualmente existe de agresiones mediáticas y políticas contra Venezuela».
«¿Podrían los organismos de seguridad chequear esta información que no vacilo en calificar de extremadamente grave y recabar información de las autoridades norteamericanas y colombianas? ¿Se prepara una agresión armada debidamente camuflada con la participación de mercenarios?», se preguntó.
La denuncia se produce un día después de que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, convocara una sesión del Consejo de Estado para que el próximo martes defina «de manera central» las relaciones con el Estado y el Gobierno de Colombia.
El Consejo de Estado, una instancia que reúne extraordinariamente a los representantes de las más importantes instancias del país, deberá redactar «un documento» que exprese «de manera central la visión de las relaciones de nuestro Estado, de nuestro Gobierno, con la República de Colombia, con su Estado y con su Gobierno», señaló.
Las relaciones entre Colombia y Venezuela se tensaron después de que el gobernante colombiano, Juan Manuel Santos, recibió el mes pasado al líder de la oposición venezolana, Henrique Capriles, quien no reconoce a Maduro como presidente ni los resultados electorales del 14 de abril pasado, que ha impugnado por considerarlos fraudulentos.
La relación se tensó aún más cuando Santos comentó la posibilidad de ingresar en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) -declaración luego matizada por el ministro de Defensa colombiano, Juan Carlos Pinzón-, lo que llevó a Maduro a acusarlo de imprimir un «giro negativo» en su política con la región.
«Nosotros estamos dispuestos a recomponer las reglas del juego para relaciones de respeto, de respeto, sin jueguitos de hipocresía, no acepto jueguitos de nadie, que lo sepan en Colombia, no acepto jueguitos porque aquí no hay bobos gobernando, aquí hay chavistas y bolivarianos», dijo Maduro.
«Yo también soy un demócrata, presidente Santos, los que no son demócratas son los factores de la derecha que se fueron a reunir con usted y desconocen la democracia venezolana, las instituciones venezolanas y están conspirando contra la economía, que están conspirando para matarme a mí», añadió.
La denuncia de Rangel se produce también un día después de que el ministro venezolano de Exteriores, Elías Jaua, dijera que la designación de un nuevo embajador de su país en EE.UU. se producirá «cuando haya condiciones».
Jaua se reunió el pasado miércoles con el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, con quien acordó la próxima designación de los respectivos embajadores, tres años después de la expulsión de los anteriores de Caracas y Washington.
Las relaciones han sido tensas desde la llegada al poder en 1999 de Chávez, sucedido por Maduro, con intermitentes denuncias sobre «la injerencia» de EE.UU. y acusaciones casi constantes de EE.UU. contra «el autoritarismo» del Gobierno de Venezuela.
Agencias