Empate en Bolivia hace más decisivo ganarle el martes a Uruguay
Armando Naranjo-
donarmandonaranjo@gmail.com
Twitter: @DonArmandoN
De entrada, es preciso convenir en que sumar un punto frente a Bolivia, en La Paz, fue un logro importante. Se pensaba en la posibilidad de repetir el triunfo allí, pero faltaron unos minutos. Muchos soñaban con esa victoria, y que no pudiera conseguirse por un gol a los 86 dejó cierto sabor amargo. No obstante, es preciso poner los pies en la tierra, reconocer las dificultades que debieron afrontar los criollos y que, salvo ese repliegue excesivo de los últimos minutos, cumplieron una tarea exigente. Es bueno recordar que Paraguay y Uruguay salieron derrotados de la capital boliviana, y sobre todo que Argentina, con su poderoso equipo, apenas empató. Cita que no vale como consuelo sino para ratificar que se trataba de un compromilso complicado. La selección venezolana cumplió, en general los jugadores realizaron el trabajo adecuado y hasta corrieron como muchos no esperaban. Hubo individualidades destacadas: Vega, Cichero, Seijas, Arango, González y Blanco, a juicio de quien escribe por encima del resto, aunque el bloque cumplió. En el gol, eso sí, el guardameta pareció salir en falso, un tanto obstruido al parecer, y los zagueros centrales diereon excesiva libertad para el remate. Sin embargo, pensamos que en el empate logrado por Bolivia a última hora tuvo mucho que ver ese elemento que tanto hemos mencionado como fundamental, y el cual -aparte de mayor efectividad ofensiva-, es deuda de la Vinotinto. La tenencia del balón. Entendiendo que los cambios, entre otras cosas (Evelio, Alexander) debieron influir en ello, el equipo no jugó bien en ventaja. Es la repetida referencia a apoderarse del esférico, «esconderlo» y evitar que el contrario lo tenga tanto en su poder, a lo cual contribuyen esos balonazos continuos desde el arco o la defensa, simples pases largos al contrario. Pero, repetimos, el balance es positivo. Por desarrollo y por las cifras, que ponen a Venezuela con 16 puntos, ahora quinto también en ese sentido pues Chile se alejó al vencer a Paraguay y llegar a 18. Todo le da mayor importancia al partido del martes contra Uruguay en Puerto Ordaz. Que para los visitantes significa «una final», pero también lo es para los nuestros porque se trata de un rival directo (está en el sexto puesto) y una victoria sería de importancia capital. De allí que Farías lo señala como «el que quiere ganar», para poner énfasis, aunque lógicamente desearía ganarlos todos. Pero sabe que esto no es posible. Habrá algunos cambios, por supuesto, y la incorporación del factor local. Ya hablaremos de eso.