Cuatro hombres, entre ellos un liceísta de 16 años de edad, resultaron muertos en un procedimiento realizado por la Brigada Nacional contra Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, con apoyo de una comisión del Eje contra Homicidios de la Subregión de los Valles del Tuy. Cuatro armas de fuego fueron fueron decomisadas
Familiares de los fallecidos negaron la versión del enfrentamiento y aseguraron que se trató de un ajusticiamiento colectivo.
Dolientes de Yordi Moya Echenique y Sergio Manuel Duarte Polanco, quienes eran cuñados, dijeron que éstos estaban durmiendo, y a las 4:20 de la madrugada aproximadamente las comisiones del Cicpc, ingresaron a la vivienda tras destrozar la puerta de entrada, sacaron a las mujeres a la fuerza y tirotearon a los jóvenes en sus cuartos.
Uno de los familiares, quien pidió la reserva de su identidad, comentó que estos funcionarios iban por “El Maikel”, quien ya no reside en la zona. “El Maikel” es el hermano mayor de Yordi Moya Echenique y al no encontrarlo optaron por asesinar a su familiar.
Moya Echenique cursaba el cuarto año de bachillerato en un liceo de Cartanal. Era el cuarto de ocho hermanos, y según aseguraron sus parientes, “era un muchacho sano y tranquilo”.
Entretanto los dolientes de Sergio Manuel Duarte Polanco, señalaron que éste se desempeñaba como obrero de la construcción en la comunidad donde residía. Era el cuarto de nueve hermanos y deja en la orfandad a un bebé de cinco meses y a su mujer con dos meses de embarazo. Desde hacía 7 años residía en Los Tubos de Santa Lucía, proveniente de Los Magallanes de Catia.
Por su parte familiares de Franklin Jesús Reaño, dijeron que éste era cristiano. Bastante alterados por los acontecimientos, aseguraron que este hombre fue interceptado por los funcionarios policiales, a eso de las 6:30 am, cuando se dirigía a su centro de labores y le dieron un tiro en el pecho. ”A mi hijo me lo ajusticiaron. Él no tenía armas ni era delincuente, llevaba en su bolso el uniforme de trabajar y una arepa que le hizo su esposa para el desayuno”, aseguró su madre, añadiendo que su muchacho se desempeñaba como vigilante privado en un conjunto residencial en Quinta Crespo de Caracas. “Él no quiso salir más temprano, pues a eso de las 4:30 se escucharon unos tiros’’, apuntó la mujer, agregando que su vástago era el tercer de cuatro hermanos y deja en la orfandad una niña de 3 años.