María Corina lloriquea en Washington por la poca atención a sus denuncias, pero no la conmueve la intimidante actitud colombiana. El peligro es Cuba; es lo único que la carcome. Pero lo peor es que tampoco parece importarles a quienes cantan “Patria, Patria querida…”
Luis Fuenmayor Toro
Si bien la patria ha estado en el discurso electoral venezolano, su significado no ha estado presente en lo que al gobierno realmente interesa. Es buena en la descalificación y la arenga politiquera, en homenajes protocolares y canciones, pero hasta allí. No importa más allá de los beneficios que el poder brinda; ni a quienes gobiernan ni a la oposición de la MUD. Poco se dan cuenta los venezolanos de los peligros, traiciones y engaños que gravitan sobre ella. Su bajo nivel cultural y educativo formal se los impide. Ni siquiera se percatan de las inconsecuencias de sus gobernantes, responsables de esta perversa situación que ha garantizado la dominación nacional y extranjera.
El gobierno pataleó, lloriqueó y amenazó, ante el recibimiento del líder opositor Capriles Radonski por el Presidente de Colombia. ¡Traición! a los acuerdos de Santa Marta, gritó el Presidente y hubo declaraciones agresivas de otros altos funcionarios. Las redes chavecistas convulsivaron y, como en época de Chávez, el olor a conflicto diplomático reapareció. El nuevo mejor amigo de Chávez y Maduro, fiel exponente de la oligarquía belicosa colombiana, había incumplido unos acuerdos secretos y eso golpeaba, no los verdaderos intereses de la Patria, sino los electorales gubernamentales de diciembre próximo.
La protesta es matizada por la que considero primera advertencia de Santos, quien sin estridencias ha firmado un pacto que incorpora la adhesión de Colombia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el pacto militar más poderoso del mundo, líder hoy de muchas guerras intervencionistas en varios continentes. Colombia sería el único país latinoamericano pieza de un pacto militar de esta naturaleza, con el que se alza amenazante contra cualquier fuerza militar individual o alianza regional (UNASUR, ALBA, CELAC), ninguna de carácter militar. En el plano comercial, en su Alianza del Pacífico con Chile, Perú y México, competirá con el MERCOSUR.
Pero lo anterior es algo intrascendente para el gobierno y la oposición que ya gobernó. Como buenos aliados, acordaron en la Asamblea no pronunciarse sobre la adhesión de Colombia a la OTAN y darse por satisfechos con lo informado por el ministro de la defensa colombiano: “Colombia sólo busca mecanismos de cooperación”. Otro tanto hizo en forma inaudita Nicolás Maduro. ¿Y en qué se puede cooperar con la fuerza militar más grande del mundo? ¿En ajedrez? ¿En la preparación de platos culinarios? Nooo. Será en sistemas de detección, vuelos, uso de puertos y aeropuertos, entrenamiento, logística de emergencia, químicos desfoliadores, comunicaciones, etc.
¿Y nada de esto importa a los diputados socialistas? A la dirigencia de la MUD sabemos que nunca le ha importado la patria. María Corina lloriquea en Washington por la poca atención a sus denuncias, pero no la conmueve la intimidante actitud colombiana. El peligro es Cuba; es lo único que la carcome. Pero lo peor es que tampoco parece importarles a quienes cantan “Patria, Patria querida…” Para ellos la agresión de Santos es haber recibido a Capriles, lo de la OTAN es intrascendente. ¡En qué manos ha caído la Patria!