Tal como reseñó La Voz en su edición de ayer, los cadáveres de jóvenes en avanzado estado de descomposición fueron hallados el viernes en la mañana en un sector conocido como El Roble, adyacente a la carretera Petare-Santa Lucía a la altura de Mariches en el municipio Sucre del estado Miranda.
Rafael Sojo, padre de Miguel Sojo quien tenía 18 años de edad, expresó en medio de su dolor en la morgue de Bello Monte, que su hijo “era un muchacho tranquilo, estudiante del cuarto año de bachillerato, le gustaba jugar básquet y era el mayor de cuatro hermanos”.
Rechazó categóricamente la versión preliminar recogida en el sitio por las pesquisas policiales, en el sentido que su hijo era un azote o que estuviese vinculado a algún grupo delictivo.
Sojo contó que él y su familia vivieron días de angustia y desesperación desde el pasado lunes, cuando no supieron más del paradero de su muchacho. Dijo que el joven salió de su casa, ubicada en el sector La Veguita de Mariches en la carretera Petare-Santa Lucía, con el objetivo de comprar el repuesto para una motocicleta de su propiedad. Utilizó una moto que le prestó un amigo y no se supo más nada de él hasta el pasado viernes, cuando fue localizado, junto a otro cuerpo sin vida, en el sector El Roble, que queda a unos dos kilómetros de su hogar.
Rafael Sojo narró como a partir del 10 de junio le tocó peregrinar en centros asistenciales y puestos policiales en búsqueda del hijo desaparecido, hasta que hubo rumor que habían localizado dos cadáveres, a eso de las 9:00 de la mañana del pasado viernes y comprobaron que uno de los cuerpos era el de su muchacho.
“Mi hijo estaba amordazado y atado, con varios tiros. La moto de su amigo no apareció”, detalló.
Al ser consultada su opinión sobre la situación de inseguridad, Sojo expresó: “Esta es una justicia que no sirve para nada y el Plan Patria Segura es otro disparate…”, dijo indignado.
Richard Sanz
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