La nave, que funciona gracias a sus 12.000 células fotovoltaicas y puede volar tanto de día como de noche, llegó al aeropuerto internacional de Dulles, en Washington, pilotada por el suizo Bertrand Piccard.
A principios de julio, Solar Impulse realizará un vuelo entre Washington y Nueva York, que pondrá fin a la misión de Piccard y su compatriota Andre Borschberg.
Ambos pilotos se han turnado para guiar este monoplaza en su viaje experimental a través de Estados Unidos, que comenzó el 3 de mayo cerca de San Francisco (California, oeste) hacia Phoenix (Arizona, suroeste).
Posteriormente recorrió los trayectos Dallas-Fort Worth (Texas, sur), Fort Worth- St. Louis (Misuri, centro), St.Louis-Cincinatti (Ohio, norte) -esta etapa impuesta por el mal tiempo- y finalmente Cincinatti-Dulles.
El último vuelo desde Cincinnati duró unas 14 horas, explicaron los organizadores.
Este prototipo -de 1,6 toneladas de fibra de carbono, con una envergadura de 63,4 metros equivalente a un Boeing 747- pueden alcanzar los 8.230 metros de altitud y una velocidad de crucero de unos 70 km/h.
Solar Impulse es un proyecto iniciado hace diez años, que realizó su primer vuelo en junio de 2009.
En 2010, voló sin parar 26 horas para demostrar su capacidad de acumular energía suficiente durante el día para seguir volando en la noche.
Un año más tarde el aparato hizo su primer vuelo internacional entre Bélgica y Francia, y en junio de 2012 el primer viaje transcontinental de 2.500 km entre Madrid y Rabat, que duró 20 horas.
Piccard y Borschberg prevén dar la vuelta al mundo en 2015 con una versión mejorada de este dispositivo.
AFP