Es preferible un juez “bruto” que un magistrado corrupto
Cesáreo José Espinal Vásquez
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Nos explicaba el profesor de Introducción al Derecho en el primer año de la carrera de abogados en la Universidad Central de Venezuela, que si le preguntásemos a un lego que entiende por “justicia”, quizás respondería que justicia “es el ladrón que huye y el policía que lo persigue”. Si bien a simple vista y sin reflexión se pudiera pensar que es respuesta de un ignorante sobre lo que es el derecho, la seguridad y la justicia, realmente, el lego no estaba equivocado, en su prístino sentido, justicia conlleva seguridad la cual deberá estar íntimamente unida al bien común para que en definitiva podamos vivir en un Estado de Derecho Justo de convivencia para la paz. Esas eran algunas reflexiones de ese austero, inteligente y digno de respeto, el Dr. Arístides Calvani.
Recientemente, Venezuela fue designada Presidente “pro témpore” del área sobre “seguridad y justicia” del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), cuyo principal objeto es el mercado de bienes y servicios con liberalidad de tránsito conforme a los acuerdos de que se suscriban, pero además, define y concuerda áreas de cultura, seguridad y justicia.
Venezuela ha concentrado el ejercicio de la presidencia en la formación de personal, temas de seguridad, narcotráfico, lavado de dinero y delitos internacionales, como así fue declarado a los medios de comunicación social.
El problema de seguridad y justicia debe analizarse globalmente considerando sus causas y efectos, sin soslayar el bien común, lo cual constituye el trípode para vivir en una sociedad justa. La seguridad, no es únicamente la seguridad de las personas y de sus bienes sino también la seguridad jurídica. La Justicia no es represión del delito con cuerpos policiales y fuerzas armadas. El sistema de justicia está definido en el artículo 253 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, pero indefectiblemente, la administración de justicia, debe estar a cargo de jueces probos. Es preferible un juez “bruto” que un magistrado corrupto.
Pero siendo la seguridad y la justicia principios constitucionales, no es menos cierto, que no deben estar ajenas del bien común porque es la razón innata de la existencia del ser humano, es calidad de vida: el aire y el agua, por ejemplo, son de todos pero de nadie. Por ello, el objetivo indelegable de un buen gobierno es la “autoritas”, es decir, sus buenos ejemplos, sin persecuciones, sin odios ni terrorismo para trasmitir a la sociedad seguridad, justicia y bien común que es el ideal social, la paz. El bien común no debe interpretarse de comunidad de bienes para engrosar el capitalismo de gobiernos neo- comunistas.
Se ha sancionado la Ley Desarme, pero el gobierno que preside seguridad y justicia del MERCOSUR, ha negociado con España 236 millones dólares para compras de armas, como si fuéramos a declararle la guerra a USA o a Colombia. Algo verdaderamente infantil.
Concentrémonos en nuestra realidad geopolítica y socio-económica y obtendremos verdaderos éxitos del bien común, de seguridad y justicia.