TEHERÁN, Irán. El presidente electo de Irán reforzó su imagen reformista el lunes al prometer una «senda de moderación» que incluya una mayor apertura en el programa nuclear de Teherán y propuestas a Washington.
Sin embargo, también dejó en claro los límites de su postura: Irán no dejará de enriquecer uranio y no entablará un diálogo directo con Estados Unidos si ese país no se compromete a mantenerse al margen de los asuntos iraníes.
La primera conferencia de prensa de Hasan Rowhani después de su victoria proporcionó indicios de cómo será su presidencia.
Rowhani puede ser elogiado como una fuerza de cambio, pero también parece tender hacia un pragmatismo profundo y de autoprotección, ya que sabe que sus puntos de vista están circunscritos por los poderes reales del país: los clérigos gobernantes y los militares que los protegen, la Guardia Revolucionaria.
Muchas de las declaraciones de Rowhani reflejaron estos límites, que más tarde podrían expandirse o contraerse en función del apoyo que la teocracia dé a su agenda.
Cuando habló sobre sanar «viejas heridas» con Estados Unidos, también hizo eco de la posición de los clérigos gobernantes de que no habrá avances mientras exista la sensación de que Washington intenta socavar su control del poder.
Rowhani propuso una mayor «transparencia nuclear» para lograr que las sanciones económicas sean retiradas, aunque también dejó entrever una postura de línea dura al decir que no hay posibilidades de que Irán deje de enriquecer uranio, el punto de conflicto con Occidente y sus aliados.
Rowhani habló con elocuencia acerca de una «nueva era» en la escena mundial, pero evitó hacer una mención directa de la represión registrada en el país desde la disputada reelección del presidente Mahmud Ahmadinejad en 2009.
Al final de la conferencia un espectador —cuya identidad se desconoce— pidió a gritos la liberación del líder de la oposición Mir Hossein Mousavi, quien ha estado bajo arresto domiciliario desde hace más de dos años. Rowhani sonrió, pero no hizo ningún comentario.
«Prometer no empobrece», dijo Merhzad Boroujerdi, director del programa de Estudios de Oriente Medio de la Universidad de Siracusa. «Al fin y al cabo, las decisiones las toman los clérigos gobernantes».
En París, el ministro de Defensa de Israel, Moshe Yaalon, subrayó las preocupaciones de algunos funcionarios israelíes de que sus aliados occidentales esperen avances inspirados por Rowhani mientras Irán continúa «avanzando en su proyecto nuclear militar».
Occidente sospecha que Irán está trabajando en un arma atómica. Sin embargo los líderes iraníes, entre ellos Rowhani, insisten en que los reactores de Irán sólo se utilizarán para producir energía y para usos médicos.
AP