El ministro del Interior de Venezuela, general Miguel Rodríguez, criticó hoy ante un auditorio colmado de jefes policiales actos de indisciplina y «cantinfladas» que dijo cometen agentes ante la pasividad de sus superiores.
«Falta supervisión, liderazgo y control (…). Llamarse jefe y no serlo es el colmo de la miseria (…), el peor jefe es el que trata de estar bien con todos (…) y el mejor exige, porque no puede ser un vagabundo ni extorsionar», dijo en un acto sobre investigación de delitos transmitido por el canal estatal VTV.
El ministro y alto mando castrense secundó la queja de la titular de la Fiscalía, Luisa Ortega, de que los escenarios de crímenes no son resguardados debidamente por los agentes.
«Parece una feria donde todo el mundo agarra lo que quiere», dijo Rodríguez y agregó que el asunto se agrava con las actas policiales, debido a que «algunas parecen hechas por Cantiflas por los errores ortográficos, de sindéresis; son horribles», subrayó.
El general alertó de que ello obedece a «ignorancia, falta de formación y flojera» de los agentes, pero también a una «mala intención» deliberada, ya que algunos contaminan las acciones para proteger a autores de los delitos con quienes tienen vínculos.
Rodríguez recordó que el Gobierno puso recientemente en ejecución un plan de seguridad ciudadana con el trabajo conjunto en las calles de agentes y soldados, denominado «Plan Patria Segura», que denunció es boicoteado en algunas instancias.
«Algunos jefes policiales se niegan a subordinarse a las autoridades del Plan. La ley obliga a cada alcalde y gobernador a presentar candidatos para las direcciones policiales» regionales y municipales, pero es el Ministerio del Interior el que decide «quién es el director de cada cuerpo y quién no», subrayó.
Rodríguez reveló que en el caso del estado Falcón, en el centro oeste del país y gobernado por la oposición, el almirante que dirige el Plan es amenazado por agentes policiales que desconocen su autoridad. «Ya tenemos algunas evidencias de jefes policiales que amenazan al funcionario» y «se niegan a colaborar o asumir las responsabilidades que les corresponden», dijo sin dar más detalles.
Destacó que «la gran mayoría» de los cuerpos policiales «pone toda su fuerza al servicio del plan» y solo una minoría se resiste, y nombró también a agentes en el estado Táchira (noroeste) de la recientemente creada Policía Nacional Bolivariana.
«No quieren hacer absolutamente nada porque alegan que el jefe de ellos es otro. He dado instrucciones para que cada policía actué en su jurisdicción, pero cumpliendo órdenes nacionales. ¿A alguien no le gusta? Bueno, haremos lo que dice la ley que nos da la potestad de quitar y poner», advirtió.
«De verdad que a mi no me tiembla el pulso para hacerlo, se lo aseguro», remarcó a los jefes policiales presentes en el acto.
«Todo el mundo tiene que entrar por el aro», insistió y anunció que supervisará «personalmente» para verificar «quejas» ciudadanas que apuntan a que algunos policías y soldados del Plan «se fastidian a las 2 de la mañana y se van a dormir».
El ministro confirmó que estudia «medidas» para «acelerar el proceso de adecuación de los cuerpos de seguridad a un nuevo modelo policial» y adelantó que ello incluirá la extinción de algunos.
Aseguró conocer que en el interior del país funcionan cuerpos policiales con ocho agentes, de los cuales «cinco son escoltas del alcalde y los otros tres de su esposa». «Hay cualquier cantidad de otras situaciones que tenemos que empezar a corregir, pero debe haber una voluntad colectiva de hacerlo y no empezar a tratar de resistirse al cambio», remató.
EFE