Pese a la presencia de Justin Verlander, el derecho Max Scherzer se ha convertido en en as 1A de los Tigres de Detroit con una temporada de ensueño
El abridor Max Scherzer ha ganado los 10 partidos que ha lanzado en la temporada 2013 con Tigres.
Pero a la gente le agradan las victorias, defectos, imperfecciones y cicatrices de los lanzadores. ¿Las victorias de un lanzador son perfectas? Por supuesto que no. ¿Deberían ser el primer recurso para evaluar la actuación de un pítcher? Por supuesto que no. ¿Deberían ser descartadas en el cesto de la basura que contiene las estadísticas inútiles, como la carrera remolcada de la victoria? Por supuesto que no.
Lo primero es establecer lo agradable que Max Scherzer esté 10-0, el primer lanzador en ganar 10 decisiones para iniciar una temporada desde que Roger Clemens comenzó 11-0 para los Azulejos Azulejos de Toronto en 1997. ¿Se necesita algo de suerte y apoyo de carreras para irse 10-0? Seguro. Solamente 12 lanzadores antes que Scherzer desde 1916 han iniciado 10-0 o mejor (Clemens lo hizo dos veces, y también se fue 14-0 en 1986), así que se requiere buen pitcheo y buena suerte, y Scherzer ciertamente ha efectuado lo primero y ha recibido lo segundo.
La actuación del lunes tuvo un poco de ambas, con Scherzer maniatando a la ofensiva anotadora de los Orioles más allá de un cuadrangular de Chris Davis en la victoria de los Tigres por 5-1. Pero elevó su conteo de lanzamientos y solamente duró hasta la sexta entrada, requiriendo que el bullpen aguantara, algo que sí hicieron; o mejor dicho, algo que Drew Smyly sí hizo, retirando a los últimos nueve bateadores. Así que Scherzer mejoró a 10-0, con efectividad de 3.08, acumulando 10 ponches más para ubicarse como segundo en las grandes ligas, atrás de Yu Darvish con 116. Solamente Darvish ha permitido un promedio de bateo más bajo de los rivales.
Scherzer no es el único lanzador con una marcha histórica de victorias. Patrick Corbin, el zurdo de los Diamondbacks, también abrió la noche del lunes con la oportunidad de mejorar a 10-0 y el abridor de los Medias Rojas, Clay Buchholz, actualmente lesionado del cuello, también va 9-0.
Corbin se fue sin decisión, pese a tolerar solamente dos imparables en ocho entradas contra los Marlins de Miami. Con la pizarra 2-2 en el cierre de la octava entrada, y los relevistas de Arizona calentando en el bullpen, los aficionados de los Diamondbacks se quejaron ruidosamente cuando Didi Gregorius conectó un roletazo dentro del cuadro para terminar la entrada -y cuando tenía dos corredores a bordo-, implicando que Corbin no obtendría la victoria. A ellos en verdad les importaba ver que su muchacho llegara a 10-0.
Scherzer siempre ha mostrado la habilidad de convertirse en uno de los abridores más dominantes del juego, con su repertorio electrizante y su habilidad para lanzar strikes, pero a estas alturas el año pasado, él estaba 5-4 con 5.76 de efectividad, habiendo permitido 83 imparables y 13 cuadrangulares en 70 entradas y un tercio, y todo mundo se preguntaba qué estaba mal. Él ponchaba a los bateadores, pero le seguían conectando imparables (tenía promedio de .383 con la bola en juego), y los oponentes le bateaban .366 con corredores en base.
En el beisbol, una transformación puede venir en el momento más inesperado. Hace un año, el 17 de junio, Scherzer colgó el cero durante ocho entradas contra los Rockies, ponchando a 12. Tuvo que esperar un retraso por lluvia de 53 minutos en la cuarta entrada, pero no estaba cerca de abandonar el partido. «Esto era demasiado importante para mí», dijo Scherzer posteriormente. «Era especialmente grande lanzar hasta la octava, porque teníamos muchos brazos cansados en el bullpen».
Desde entonces, ha afianzado su «release point», derivando en mecánicas más consistentes y control, al igual que mezclar una curva que lanza entre ocho y diez veces por juego, con su recta, slider, y cambio de velocidad. También ha logrado mantenerse enfocado -sobre la lomita, al menos- tras la muerte de su hermano, quien se suicidó tres días después de la victoria contra Colorado. Desde esa salida hasta el final de la temporada, Scherzer se fue 11-3 con 2.53 de efectividad, reduciendo los cuadrangulares a 10 en 117 entradas y un tercio, y haciendo una mejor labor para salir de los atolladeros. En un año calendario, se ha ido 21-3 en 33 aperturas, con 2.78 de carreras limpias admitidas y 259 ponches en 213 entradas y un tercio. Justin Verlander todavía es el as de los Tigres, pero Scherzer se ha convertido en el as 1A.
Si hay algo que asusta de Scherzer -al menos para los rivales de los Tigres- es que todavía tiene espacio para mejorar. Ha maniatado a los bateadores a un promedio de .162 con las almohadillas vacías, pero eso se incrementa a .255 con corredores a bordo. Esa cifra ha mejorado respecto al año pasado.
Entonces, sí, prosigan e ignoren el récord de 10-0 de Scherzer si desean. Pero hay que seguir observando hasta que pierda. Y cuando finalmente lo haga -y sí lo hará- habrá que seguir observando porque este hombre es uno de los mejores en el juego.
En asignación
Los Tigres han colocado en asignación al relevista dominicano José Valverde.
Valverde permitió 11 carreras limpias en 7.1 entradas en sus últimas ocho presentaciones por Detroit este año, con dos oportunidades de salvamento malogradas. El miércoles ante Baltimore, concedió cuatro anotaciones con sólo diez pitcheos.
Ahora los Tigres tendrán 10 días para cambiarlo, dejarlo en libertad o enviarlo a liga menor, si el veterano llegara a aceptar dicha asignación.
«Sentimos que aún contamos con alguien que podría cerrar juegos para nosotros», dijo el gerente general de los Tigres, Dave Dombrowski. «Su velocidad ha estado bien, pero con problemas en el comando por supuesto. No ha tirado bien las últimas dos semanas, pero antes de eso estuvo bien”.
«Por eso queremos corregir las fallas», continuó. «Creemos que no tenemos nada que perder si lo intentamos”.
Para sustituir a Valverde en el roster, Detroit subió desde Triple-A Toledo al derecho dominicano Alberto Alburquerque.
David Schoenfield
espndeportes.com