La visita de Nicolás maduro y su extensa comitiva al Vaticano, ha sido sin duda una de las mayores polémicas de los últimos días. Muchos señalan a Francisco por haber recibido a los representantes de una administración satélite de la cubana, que es lo mismo que decir aceite y vinagre.
Sin embargo, hay mucha tela que cortar al respecto. Primeramente, debemos recordar que El Vaticano es un Estado, y que como tal mantiene relaciones diplomáticas y ejecuta acciones políticas.
En este sentido, la Iglesia Católica ha sido un actor participativo de trascendentes situaciones en la historia de la humanidad. Ha sido mediadora, se le ha declarado la guerra, ha sido perseguida y por supuesto, ha cometido errores graves, como es habitual en toda institución humana, por más que se abrogue representación de lo divino.
En este momento, muchos venezolanos están indignados con la foto en grupo del papa junto a un gobierno cuestionado. Y no les falta razón. Sin embargo, hay que situarse también en la hipótesis del accionar político de la iglesia, entendiendo a la política como un arte de negociación para trabajar por el bienestar de la gente. Esa es al menos, la definición que queremos tomar para nosotros.
Monseñor José Luis Azuaje asegura que Francisco conoce la realidad del continente y está informado del acontecer venezolano. No olvidemos que es argentino e incluso son conocidas sus diferencias con la mandataria sureña Cristina Fernández, a quien ya recibió.
También plantea Monseñor Azuaje que un encuentro con la máxima autoridad eclesiástica lleva a la reflexión, el diálogo, la reconciliación y el cambio a cualquiera. No está demás apostar a esta hipótesis a ver si se produce el milagro.
La versión oficial del encuentro asegura que se habló de entendimiento y de paz. También se habría tocado un tema álgido y medular como lo es la convivencia entre el actual gobierno y la Iglesia Católica venezolana, la cual, como sabemos, ha enfrentado episodios francamente vergonzosos.
No olvidemos que representantes de las fuerzas alternativas democráticas también viajaron al Vaticano para dejar sentada la visión de la otra mitad de los venezolanos.
El Papa no está obnubilado ni engañado; pero por principios diplomáticos no puede opinar sobre los asuntos internos de ninguna nación. Sin embargo, ya es ganancia que un gobierno autodenominado “socialista”, entre quienes se cuentan personalidades de un rojo más intenso, hayan ido por sus propios pies a la sede del gobierno católico mundial.
No es, ni de lejos, una complicación para las autoridades eclesiásticas recibir a tan polémicos visitantes. Más bien es una señal de los tiempos que cambian y que vienen, en lo cual hemos insistido, a contrapelo del pesimismo.
Coordinador nacional de Independientes por el Progreso
Noel Alvarez
Twitter: @alvareznv