La respuesta de Nicolás Maduro al presidente Santos de que quienes gobiernan en Venezuela “no son bobos” no puede ser más acertada. Han demostrado estos largos años que son “tronco de vividores” pues les han cobrado bien caro al pueblo y además se han quedado con el vuelto.
De vivir en urbanizaciones de clase trabajadora se han mudado a quintas y apartamentos de clase media alta; se movilizan en carros blindados y custodias pagados por los ciudadanos; mandan a sus hijos a colegios privados nada que ver con las escuelas y liceos públicos; atienden su salud en clínicas ignorando hospitales y CDI; y viajan sin rubor en primera a Orlando, Nueva York y París.
En su ineptitud han malbaratado los mil quinientos billones de dólares recibidos de la renta petrolera y de los impuestos a contribuyentes. Confiesan con descaro que las migajas al pueblo a través de las misiones llegan a $95.000 millones en catorce años, un mísero 6%.
La presidenta del BCV reconoce que el año pasado grupos de boliburgueses capturaron de Cadivi y el Sitme para su peculio personal $20.000 millones, si esta enormidad la proyectamos a estos años de corrupción y despilfarro la cifra podría superar los $200.000 millones.
La regaladera con fines políticos a países del Alba así como a Petrocaribe suministrando doscientos cincuenta mil barriles diarios de petróleo alcanza cifras multimillonarias. Tan sólo Cuba se estima que recibe más de $6.000 millones anuales.
Mientras, el país en ruinas, sufre por la ineptitud y el afán de destruir el aparato productivo del sector privado, una inflación que pudiera alcanzar las tres cifras para fin de año, el desabastecimiento afecta al ciudadano común y la inseguridad toca a todos los hogares. Sobran razones para desconfiar de los revolucionarios..
Juan Antonio Muller
Juaamilq249@cantv.net