Algo debe quedarle claro a los espectadores de “Penitentes”. No se trata de la reconstrucción policial del asesinato del sacerdote católico Jorge Piñango Mascareño (Barquisimeto, 1959) en una habitación del caraqueño hotel Bruno, el 22 de abril de 2006. Es, eso sí, la ficción teatral que logra Elio Palencia (Maracay, 1963) y la cual hace ahora su quinta temporada en una de las salas de Unearte, bajo la creativa y excelente dirección de Costa Palamides y con las convincentes y plausibles actuaciones de Ludwig Pineda, Delbis Cardona y José Gregorio Martínez, tres generaciones actorales de gran valía que se exhiben gracias a la producción del grupo Teatrela.
Las investigaciones que esclarecieron las causas de dicha muerte (asfixia mecánica y hematomas en la región occipital y nasal) y además identificaron al supuesto criminal (Andrés José Rodríguez Rojas), inspiraron al dramaturgo para que pergeñara su oportuna, estrujante y valiente pieza, estrenada hacia 2008.
Costa Palamides, venezolano de padres griegos y el motor del grupo Teatrela, desató con “Penitentes”, una polémica que no cesa por su tema corrosivo y desgarrador, porque está inspirado en la saga de la muerte del cura católico y las extrañas circunstancias en apareció su cuerpo.
Tarea de Teatrela
El objetivo de Teatrela ha sido llevar a escena obras de dramaturgia latinoamericana vinculadas a su realidad sea esta política, social y cultural. En el caso de “Penitentes” ha querido enfrentar al público con una realidad que los estremezca más allá de los cuatro costados de un escenario. Ahí se revisa la posición del individuo frente a una sociedad castradora, engavetada o en todo caso hipócrita.
Más allá de la tolerancia a la diversidad sexual está el cómo esa conducta sexual es tratada por el gobierno, la iglesia, los estamentos militares o los medios. Y la verdad que el panorama actual es bastante decepcionante, puesto que ninguna de ese status de poder tiene una visión humanista del asunto. Basta que surja un crimen con visos de diversidad sexual para que este sea enfrentado con retóricas fascistoides o de amarillismo político o de regresión a la edad de piedra.
Acción dramática
En “Penitentes” se revisa crudamente la intolerancia y la indiferencia de algunos sectores de la sociedad venezolana, teniendo como punto de partida tres perspectivas de homosexualidad que se entrecruzan por la fuerza de sus pasiones.
Palencia pone sobre el tapete a tres personajes -un religioso, un estudiante y un buscavidas o chulo -cuyos destinos se atarán para siempre en la noche de un sábado cualquiera en una caraqueña discoteca gay y remata en una cárcel para pagar la penitencia que impone la justicia y la sociedad.
El espectáculo, cargado de acción dramática, nos revela una historia de revelaciones y confesiones de alta tensión que vuelven añicos una cantidad de tabúes y falsas morales de nuestra amada sociedad venezolana. Teatrela siempre ha tratado de presentar diversas obras, autores y en especial tendencias para que no se le encasille en un estilo o manera de hacer teatro como siempre se hace con los grupos que llevan más de 20 años en el escenario venezolano. Siempre mantienen dos pautas dramatúrgicas que son: teatro latinoamericano y clásicos latinos, hagan teatro de sala, de calle o infantil.
En este montaje se cuidó que el público -colocado en los cuatro costados del escenario- revisara la intolerancia que existe contra todo lo que manifieste diversidad sexual, alucinante suma de la ignorancia contra todo lo que sea divergencia, y plasmó en la escena el miserable e inhumano mundo en que se debaten los tres personajes del drama: el sacerdote, un chulo y un estudiante; una víctima, el asesino y otro que conocía íntimamente al religioso.
Seres condenados
No hay por parte del autor ni del director un abuso de la temática ni un exceso en la argumentación. Todo se limita a mostrar las acciones físicas plasmadas en sobrio juego coreográfico, pero suficientes para deducir las acciones de los personajes reales y sus respectivos dramas, al tiempo que se usa un lenguaje concreto. Todo destinado a mostrar como esos seres humanos están condenados de antemano por una sociedad que no permite salirse de la norma religiosa que apuntala a las leyes de un Estado, que no es laico, y que sí castiga con la muerte, a pesar de que está prohibida la pena capital, no sólo ese tipo de violaciones o excesos de las conductas sexuales contrarias a las normas religiosas.
En Venezuela, como en otros países americanos, abundan los crímenes sexuales porque sus victimarios expían así sus culpas, de origen mítico religioso, y hasta que no se supere ese hondo problema cultural, matar mujeres, prostitutas, homosexuales, lesbianas, travestidos y transexuales, está permitido, aunque las leyes digan todo lo contrario.
Espectáculo premiado
“Penitentes”, que lleva más de 100 funciones y llega por primera vez a la Sala Horacio Peterson de Unearte, es una de las piezas más exitosas y premiadas del repertorio de Teatrela y ha participado en los Festivales Nacionales e Internacionales de Caracas y Guanare y en varias salas de la capital como el Celarg, la Juana Sujo de la Casa del Artista, el Espacio Plural del Trasnocho y el Teatro San Martín en un periplo por los teatros de nuestra ciudad. Ganadora de 5 premios municipales de teatro en el 2008 y del premio del Ministerio de la Cultura del mismo año, lleva a escena el caso real del cura homosexual ultimado en un hotel de la capital después de una noche tempestuosa, todo desde una poetización de la realidad y por supuesto desde una visión que denuncia el comportamiento de la sociedad y los medios de comunicación. La obra con un ritmo vertiginoso de música de discoteca sumerge al espectador en varios espacios y tiempos contados de manera casi cinematográfica y cuenta con el vestuario de Omar Borges y escenografía de Valentina Herz.
Autor privilegiado
Elio Palencia dice que nuestro contexto social es poco significativo el éxito de un dramaturgo, pero está muy feliz porque tiene en cartelera a tres de sus obras más preciadas: “Penitentes”, “Tierra santa” (dirigida por Costa Palamides) y “Mátame mamá”, cuya puesta en escena es suya y donde además actúa Aura Rivas. Actualmente en la región amazónica la escenifican “La quinta de Dayana” y en Bogotá le presentan “Como dios manda”, en el Festival Rosa. ”Creo que soy un privilegiado, pero esto es por algunos días, porque después salen de cartelera”, comenta con satisfacción.
Edgard Antonio Moreno Uribe
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