La despampanante joven marroquí «Ruby robacorazones», fugada de un centro de menores y contratada para las tórridas fiestas privadas del entonces jefe de gobierno Silvio Berlusconi, es la chica que desde hace dos años pone en tela de juicio al multimillonario político italiano.
«Ruby robacorazones», cuyo verdadero nombre es Karima El Mahroug, quien llegó en noviembre de 2011 a ser mayor de edad, según la fiscalía de Milán (norte), fue pagada por el primer ministro italiano por los servicios sexuales prestados cuando era menor de edad.
Ruby «pasó varias noches en la residencia privada de Arcore entre febrero y mayo del 2010», cuando era menor de edad, según el tribunal, que siguió los rastros de su teléfono móvil y anexó numerosas pruebas en el pedido de juicio.
El juicio contra Berlusconi, procesado desde abril de 2011 por prostitución de menor y abuso de poder, constituyó un duro golpe para su carrera política y sobre todo para su prestigio personal.
Berlusconi corre el riesgo de ser condenado a una pena de seis años y sobre todo de ser inhabilitdo de por vida para ejercer todo cargo público.
«Me llamó y me dijo: ‘Ruby’, te cubriré de oro, te daré el dinero que quieras, lo importante es que no cuentes nada», sostuvo la chica marroquí en una de las conversaciones grabadas por la fiscalía, en las que asegura que le pidió a Berlusconi «cinco millones» por su silencio.
Una confesión que la joven bailarina, ahora casada con el dueño de una discoteca veinte años mayor y madre de Sofia, una niña de un año y medio, desmintió cuando compareció el pasado 17 de mayo en el tribunal para decir que «nunca había tenido relaciones sexuales» con el magnate.
Un mes antes se había presentado en el tribunal para protestar ante la prensa que suele congregarse en la sala de audiencias por el juicio a Berlusconi.
«Quiero defenderme de las mentiras y de los prejuicios», sostenía en un cartel Karima que no fue convocada como testigo en otros juicios contra el político y sus amigos, entre ellos Lele Mora, agente de famosos y Emilio Fede, periodista de Mediaset.
«Yo no soy una prostituta. Para atacar a Berlusconi, la prensa me hizo daño a mí», asegura la joven, nacida en 1992.
Ruby llegó a Sicilia, sur de Italia, con su familia en 2003, tiene tres hermanos y a la edad de 14 años huyó de su casa.
Conocida por su personalidad inestable y por su costumbre de cometer pequeños hurtos, estuvo en varios centros de corrección para menores en Sicilia y Génova, de donde solía huir, según sus propios relatos a la prensa.
La exuberante joven marroquí, de senos voluminosos y largos cabellos, llamó la atención en una discoteca de Milán. Nicole Minetti, la ex asistenta dental de Berlusconi y ex consejera regional de su partido, la contrató para participar en las fiestas del millonario político.
Además del presunto recurso a los servicios sexuales remunerados de Ruby cuando ella era una menor, Berlusconi será juzgado por abuso de poder al haber utilizado su posición de jefe de gobierno para hacerla liberar en mayo de 2011 después de que fuese detenida por el robo de 3.000 euros a una compañera de habitación.
Los abogados defensores de Berlusconi aseguran que el ex jefe de gobierno intervino ante la policía porque estaba convencido de que la joven marroquí era «la sobrina del presidente egipcio Hosni Mubarak» y quería conservar las buenas relaciones con ese país.
La nueva heroína italiana, que asegura haber engañado a Berlusconi diciéndole que era mayor de edad, contó entre lágrimas por televisión su dolorosa historia personal: con nueve años fue violada -dijo- por sus dos tíos.
Con respecto a la presunta existencia de un «harén» en torno a Berlusconi, hace dos años explicó: «Él está solo y combate la soledad, un poco como lo hice yo misma cuando pagué para tener el cariño de mi padre (enviándole dinero para ayudarlo); Berlusconi lo hace con las muchachas».
Ahora, ante jueces y reporteros, repite con insistencia que se trataba sólo de «mentiras».
AFP